El cardenal Pell valoró en COPE el legado de Benedicto XVI: "Fue uno de los mejores teólogos del siglo pasado"
La semana pasada el recién fallecido purpurado australiano asistió al funeral de Joseph Ratzinger y en declaraciones a Fernando de Haro lo recordó como un "buen amigo"
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La semana pasada el cardenal australiano George Pell, fallecido este miércoles 11 de enero, asistió al funeral del papa Benedicto XVI en la plaza de San Pedro y una de sus últimas declaraciones fueron precisamente con el periodista de la Cadena COPE, Fernando de Haro, valorando el fallecimiento del Papa emérito.
Fernando de Haro se encontró delante del que fue el apartamento de Joseph Ratzinger en Roma, en la Plaza de la Cittá Leonina, a pocos metros de la Plaza San Pedro, al purpurado australiano, Prefecto emérito de la Secretaría de Economía en el Vaticano y ex arzobispo de Sydney.
"Fue un buen amigo"
Preguntado por la figura del recién fallecido Joseph Ratzinger, Pell subrayó su importancia como teólogo: “Me parece que fue el mejor teólogo de todos los papas de toda la historia y, sin ninguna duda, uno de los mejores teólogos del siglo pasado”.
“Ante todo fue un discípulo de Jesús, un verdadero cristiano, muy amable y educado, un verdadero caballero de la vieja escuela y dio una contribución magnífica a la Iglesia con san Juan Pablo II cuando estaba en la Doctrina de la Fe y luego también como papa con sus encíclicas y sus libros sobre Jesús”, dijo el cardenal Pell a Fernando de Haro.
Sobre su relación con el Papa emérito, el cardenal australiano lo recordó como un “amigo”: “Me puse muy triste cuando supe de su muerte. Lo visitaba dos o tres veces al año, fue un buen amigo, un buen hombre y un papa muy importante para toda la Iglesia”. Sobre sus últimos encuentros con Ratzinger, Pell recuerda que “siempre lo había visto lúcido, pero la última vez ya le costaba respirar y hablar con claridad. Aun así, su mente siempre estaba muy lúcida”.
Una vida dedicada a la Iglesia
Nacido en la ciudad de Ballarat - estado de Victoria - el 8 de junio de 1941, dedicó casi toda su vida a la iglesia católica. En la década de 1970 y 1980 ejerció como sacerdote y educador en distintas parroquias y centros católicos australianos, incluido en su natal Ballarat.
El australiano fue designado obispo auxiliar de Melbourne en 1987, arzobispo en esta misma ciudad en 1996 y arzobispo de Sídney en 2001.
Dos años más tarde, fue nombrado cardenal por el papa Juan Pablo II, lo que le permitió votar en los cónclaves para elegir al sumo pontífice y, por tanto, fue uno de los papables en la votación en la que fue proclamado el actual papa Francisco en 2013. Pell fue elegido al año siguiente prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, un nuevo puesto creado por el Pontífice para atajar los escándalos en torno a las finanzas del Vaticanoo