COPE es testigo directo de las emocionadas despedidas al Papa emérito Benedicto XVI

Ángel Expósito, Fernando de Haro y Pilar Cisneros cuentan, desde Roma, cómo se está viviendo la capilla ardiente de Benedicto XVI, por la que ya han pasado cerca de 65.000 personas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

7 min lectura

A las 7:00 de la mañana de este martes, 3 de enero, vuelve a abrir la capilla ardiente del Papa emérito Benedicto XVI. Será la segunda jornada del total de tres en las que los fieles que lo deseen podrán dar su último adiós al Pontífice. Unos días históricos que COPE te está contando con un amplio equipo de profesionales que se ha desplazado hasta Roma.

En la Plaza de San Pedro se respira una sensación especial, cerca de 65.000 personas han pasado ya por la Basílica para despedirse del Papa y se esperan que otras tantas lo hagan este martes y el miércoles. El jueves tendrá lugar el funeral, presidido por el Papa Francisco. Así te hemos contado en COPE la primera jornada de la capilla ardiente de Benedicto XVI.

Traslado de los restos de Benedicto XVI

Pasadas las 7 de la mañana, 'Herrera en COPE' conectaba en directo con Roma. Allí, la corresponsal de COPE, Eva Fernández, contaba que los restos del Papa emérito ya se encontraban en la Basílica de San Pedro tras su traslado, minutos antes, desde la capilla privada del monasterio Mater Ecclesiae donde falleció el pasado sábado.

El difunto Benedicto XVI descansa sobre un catafalco, cubierto por una tela de terciopelo rojo y sostenido por dos almohadillas, con una casulla roja, y lleva en la cabeza una mitra blanca adornada. Además, en sus manos tiene entrelazado un rosario.

Las primeras personas llegaban antes de las 5:00 de la mañana hasta las inmediaciones de la plaza de San Pedro, donde las masivas colas se han ido subdividiendo para llegar hasta las dos entradas principales de la plaza de San Pedro. Con paciencia y tranquilidad, han ido pasando los controles de seguridad de la policía.

En torno a las 8:30 de la mañana, el presentador de 'La Linterna', Ángel Expósito, que forma parte del amplio equipo de profesionales de COPE que se han desplazado hasta la Ciudad Eterna, transmitía a los oyentes de 'Herrera en COPE' la sensación que se respiraba en la plaza de San Pedro, minutos antes de la apertura de la apertura de la capilla ardiente, destacando el silencio pese a las miles de personas y esa sensación de que se van a vivir jornadas históricas.

Apertura de la capilla ardiente

Minutos después de la apertura de la capilla ardiente, el presentador de 'La Tarde' de COPE, Fernando de Haro, podía entrar a la misma y contaba, en directo, el ambiente que se respiraba. A tan solo tres metros de los restos mortales de Benedicto XVI, "se oye perfectamente la multiplicidad de lenguas, italiano, inglés, español... Gente que llega de todo el mundo" nos comenzaba narrando.

Allí, se ha hecho eco del testimonio de muchas personas que "se han levantado a las cinco de la mañana, y me contaban que necesitaban venir para agradecer a Benedicto XVI todo lo que ha hecho por ellos". "El ambiente es de recogimiento, de silencio y de oración delante del cuerpo. Es muy llamativo que, los fieles que están en la cola, creen que es poco tiempo los tres o cuatro minutos que están delante de él. Se quedan escondidos en las columnas para seguir viéndolo" explicaba.

Durante este lunes, cerca de 65.000 personas han entrado en la basílica de San Pedro del Vaticano para rendir homenaje a Benedicto XVI, cuyos restos mortales están situados justo delante del monumental baldaquino, obra del italiano Gian Lorenzo Bernini, en la basílica de San Pedro. COPE ha sido testigo de la emoción de muchos fieles que han querido acercarse hasta allí para despedirse del Papa.

COPE recoge el testimonio de aquellos que lo conocieron de cerca

Además, tanto en 'La Tarde' como en 'La Linterna', en el marco de la programación especial de COPE con motivo del fallecimiento del Papa, hemos podido escuchar a personas que conocieron a Benedicto XVI. Desde el que fuera zapatero del Papa, al dueño de uno de los restaurantes donde acudía a menudo o a un compañero suyo en el colegio mayor en el que estudió.

Fernando de Haro se ha acercado hasta al restaurante 'Il Pasetto di Borgo', donde Razinger solía ir a comer porque se encontraba cerca de donde vivía. Allí ha hablado con su dueño, Antonello, que ha contado que comía de todo, en función de cómo estuviese. Asimismo, el dueño de este restaurante le ha contado a Fernando de Haro que Benedicto XVI era una persona muy cercana: "Aunque no viniese a comer, si paseaba pasaba a saludar y preguntaba por mi perro, con el que a veces jugaba"

Por su parte, Pilar Cisneros ha estado a pocos metros del Palacio Apostólico, el lugar donde residió Joseph Ratzinger durante sus años de papado. En concreto, ha visitado la terraza de la casa de la Orden de los Agustinos en Roma, desde donde pueden disfrutarse unas vistas privilegiadas del que es ahora mismo el epicentro del Vaticano.

Benedicto tenía un especial apego por San Agustín y, por tanto, con esta orden. Dedicó gran parte de su vida a explicar y estudiar la vida del santo. "Él siempre dijo que su guía como teólogo y como pastor había sido San Agustín, y siempre le tuvo como maestro en su vida por el gran humanismo del santo", ha explicado Alejandro Moral Antón, prior general de los Agustinos en Roma, con el que Pilar Cisneros ha podido compartir unos instantes en la azotea de la casa de la orden.

Una de las partes más conocidas del atuendo de Benedicto XVI eran sus zapatos rojos. Pues bien, en 'La Tarde' hemos podido conocer al zapatero de los Papas en Roma, Antonio Arellano, donde era frecuente Ratzinger y cuyos zapatos también son los que lleva el cuerpo yacente de Benedicto XVI. Antonio confiesa que los preparó "durante muchos años" y "cuando era cardenal". Estuvo con él "fino casi alla fine", es decir, casi hasta el final. "Pido a la gente que rueguen por él", dice el zapatero.

Recuerda el hombre, de origen peruano, que ha sido cliente suya "tantos años" que ni se acuerda. Sí que rememora cuando fue elegido Papa: "Sentí una alegría". Fue entonces cuando preparó "un par de zapatos para regalarle". "Fui, lo entregué y me reconoció", relata Antonio. "Para mí como un padre", reconoce, porque no conoció a un padre, el suyo desapareció cuando era joven.

Ángel Expósito ha podido charlar en 'La Linterna' con Francisco Furió. Es un joven sacerdote en la localidad valenciana de Aldaya que, por casualidad, estos días se encuentra en Roma y que ha decidido retrasar su vuelo de vuelta a Valencia para poder estar en el funeral, que será este próximo jueves. Y es que las vidas de este joven párroco y del papa emérito se cruzaron hace un tiempo.

Francisco conoció a Benedicto en el Encuentro Mundial de Familias de Valencia. "Cuando estabas delante de él, de tú a tú, era tímido, pero se le veía un hombre sencillo que vislumbraba una fe profunda", ha apuntado el párroco. Conserva aún una foto de aquel encuentro en su habitación. "Lo recuerdo todos los días, ese encuentro, esa cara del Papa, esa sencillez".

Minutos más tarde hablaba con Héctor Devesa, también conocido como 'Il grande cantore'. En el Colegio Mayor Belagua, en la Universidad de Navarra, con motivo del nombramiento de Benedicto XVI como Doctor Honoris Causa, Héctor tuvo la oportunidad de cantar en varias ocasiones. Ratzinger le dijo que estaba en todo. Un Viernes Santo, se cruzó con él y lo apodó así.

Héctor ha contado cómo se vive en un Colegio Mayor con un señor que acaba siendo Papa: "Es muy impactante. Un colegio mayor no es el mejor sitio para que viva un cardenal, porque puede pasar de todo. El personal del colegio mayor vio que el cardenal tenía unas zapatillas muy viejas, y le compraron unas nuevas muy parecidas. Algo que le emocionó. Cuando fue elegido Papa, recordaron que tenían las zapatillas viejas del hombre que se acababa de convertir en Papa".

Por último, Expósito ha hablado con el Arzobispo de Santiago, Julián Barrio. Tuvo la oportunidad de conocerle con motivo de la visita que hizo Ratzinger a Santiago de Compostela en el Año Santo del 2010. "Aquella condición con la que él se definió como humilde trabajador de la viña del Señor, yo lo pude comprobar en esa carismática sencillez, que a mí me inspiró una gran bondad, una gran cercanía y una gran calidez".

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