Francisco advierte que los conflictos y la pobreza producen divisiones entre los pueblos y el “descarte de los débiles”

El Papa ha recibido este viernes a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, un día después de reunirse con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni

Redacción Religión

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El Papa Francisco se ha reunido con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, un día después de su reunión en el Palazzo Chigi con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, para tratar los principales problemas a los que se enfrenta Europa.

Según ha informado la oficina de prensa del Vaticano, el Pontífice ha regalado a Metsola una escultura de terracota titulada 'Ternura y Amor', además de los principales volúmenes de su Pontificado como el mensaje por la Jornada de la Paz de este año y otros documentos papales.

Por su parte, la presidenta del Parlamento Europeo obsequió al Papa con un plato de cerámica decorado con un fragmento de una partitura de Ludwig Van Beethoven.

"Ningún país debe sentirse solo, ya que la gestión de los flujos migratorios es un reto europeo", aseguró tras su encuentro con Meloni de este jueves, en el que Metsola abogó por una respuesta conjunta al desafío de la inmigración.

Estas declaraciones surgen después de que el Ejecutivo italiano haya aprobado un nuevo decreto para poder deportar inmigrantes a los centros de internamiento construidos en Albania tras el revés judicial de la sentencia que el pasado viernes obligó a Italia a acoger a los primeros doce inmigrantes que habían sido internados allí para tramitar su visado sin pisar suelo italiano.

Metsola también elogió el Pacto sobre Inmigración y Asilo votado el pasado abril en Bruselas. "Contiene soluciones innovadoras tras décadas de bloqueo, porque protege las fronteras exteriores, muestra firmeza con quienes no pueden ser identificados, garantiza una repatriación segura y rápida y se muestra fuerte contra los traficantes: debemos tener siempre presente que hablamos de seres humanos, no de números", aseguró.

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El obispo de Roma también ha recibido en audiencia a los religiosos pasionistas con motivo de su 48º capítulo general, donde ha denunciado que los conflictos y la pobreza, las “dinámicas perversas” que producen divisiones entre los pueblos y el “descarte de los débiles”: “Si nada puede sofocar en el ser humano la capacidad de amar, entonces nada está perdido”, ha expresado.

El Pontífice ha reclamado a los cristianos identificar “nuevos caminos” para facilitar el encuentro entre las personas y con el Señor, siendo para ello necesario “salir a las calles, plazas y callejones del mundo, para no volverse mohosos y entumecidos, y como prueba de la propia fe alegre y fecunda”.

Para Francisco, es necesario “acontecimientos de evangelización” que presenten “la belleza sublime de la Persona de Cristo junto con el rostro de una Iglesia atractiva, acogedora y capaz de comprometerse”.

De cara al Jubileo de Roma en 2025, el Santo Padre ha recordado también el tema de la esperanza, que “tiene una relación especial con el carisma de los Pasionistas” y cuya “razón teológica es la muerte y resurrección de Cristo”. Francisco subrayó que “la sangre y el agua que brotan de su corazón dicen que más allá de la muerte la vida continúa” y que “el amor se derrama sobre la humanidad en el don del Espíritu, comunicándose con una fuerza que nadie puede eliminar”.