El Papa Francisco espera que el alto el fuego en Gaza “sea respetado por todos”

Durante el rezo del Ángelus, el Pontífice ha expresado “gratitud a los mediadores” y ha animado a la comunidad internacional a que se implique en la ayuda a Israel y Palestina para que se encuentre "una solución justa"

Redacción Religión

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El Papa Francisco ha compartido una reflexión una hora más tarde de que entrara en vigor el alto el fuego en Gaza que permite ofrecer una tregua hacia una posible paz en la región. “Expreso gratitud a todos, es un buen trabajo el de mediar para que se consiga la paz. Gracias a los mediadores y a todas las partes involucradas”. Palabras que han tenido lugar durante el rezo del Ángelus del III domingo del Tiempo Ordinario, 19 de enero, desde el ventanal del palacio apostólico del Vaticano, ante una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles, y con la voz tomada y algo de tos, aunque sin el cabestrillo que tenía en el brazo derecho tras una reciente caída

Que todo lo que ha sido acordado sea respetado por todos y que todos los secuestrados puedan regresar a sus casas y abrazar a sus seres queridos”, añadió. El Santo Padre ha animado a la comunidad internacional a que se implique en la ayuda a Israel y Palestina para que se encuentre una solución justa que prometa su reconciliación. “Espero que las ayudas humanitarias lleguen pronto a la población de Gaza, que tienen tanta urgencia”. 

El Papa también espera que la liberación de 553 presos anunciada por el gobierno de Cuba y gracias a la mediación del Vaticano, se repita en otras partes del mundo iniciativas como "gesto de gran esperanza que concretiza una de las intenciones de este año jubilar".  De igual modo ha pedido orar por la martirizada Ucrania

Más allá de las referencias a los conflictos abiertos en el mundo, Francisco hizo referencia al milagro de Jesús en la boda de Caná. Este milagro, según el Papa, no solo revela el poder de Jesús, sino que también simboliza el amor generoso de Dios hacia la humanidad. A partir de ahí, lanzó una reflexión comunitaria: “Cuando el vino de la alegría y del amor falta en mi vida, ¿me dirijo a Jesús, a través de María, o me encierro en mí mismo? Y cuando el Señor me da su amor en abundancia, ¿lo guardo en mi corazón para compartirlo con los que están sumidos en la tristeza?”.

El Papa Francisco destaca durante el rezo del Ángelus dos elementos clave de este pasaje del Evangelio según Juan: la falta y la sobreabundancia. “Por un lado, falta vino y María le dice a su Hijo: "No tienen vino"; por el otro, Jesús interviene haciendo llenar seis grandes ánforas y, al final, el vino es tan abundante y exquisito que el dueño del banquete pregunta al esposo porque lo ha conservado hasta el final”. “Entonces nuestro signo es siempre la falta, pero el signo de Dios es la sobreabundancia”.

Dios no es tacaño

En este sentido, el Papa pregunta: “A la falta del hombre ¿cómo responde Dios? Y en seguida da la respuesta: “con la sobreabundancia”: “Dios no es tacaño; Dios cuando da, da mucho. No te da un poco, te da mucho. A nuestras carencias el Señor responde con su superabundancia.”

Del mismo modo, el Papa recuerda que también en el banquete de nuestras vidas a veces nos encontramos con que falta el vino: “Sucede cuando las preocupaciones que nos afligen, los temores que nos asaltan o las fuerzas perturbadoras del mal nos roban el sabor de la vida, la ebriedad de la alegría y el sabor de la esperanza”. El Papa advierte estar atentos a esta falta, porque cuando el Señor da, da sobreabundancia: “Parece una contradicción: más carencia nuestra, más sobreabundancia del Señor, porque el Señor quiere hacer fiesta con nosotros, una fiesta que no tendrá fin”.

Plaza de San Pedro abarrotada de fieles durante el Ángelus

una Lección espiritual

Este III domingo de 2025, el Pontífice no solo ha reflexionado sobre un episodio evangélico, sino que ha ofrecido una profunda lección espiritual: aunque nuestras vidas puedan verse desbordadas por las preocupaciones y las dificultades, nunca nos faltará la ayuda de Dios, por ello, ha invitado a los fieles a rezar a la Virgen María, para que ella interceda por nosotros y, en este año jubilar 2025, “nos ayude a redescubrir la alegría del encuentro con el Señor Jesús”.