Sínodo: El Evangelio es un anuncio de vida nueva para todos
Continúa el Sínodo de los obispos para la Amazonía en el Vaticano
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Los derechos indígenas, la evangelización y la inculturación han sido los temas centrales de la jornada del Sínodo de los Obispos para la Amazonía del 17 de octubre.Hablaron Monseñor Roque Paloschi, el Padre Salesiano Justino Sarmento Rezende y el Procurador de la República, Dr. Felicio de Araujo Pontes Junior. También hicieron uso de la palabra dos mujeres: la dirigente indígena ecuatoriana Patricia Gualinga y la guayanesa Leah Rose Casimero, coordinadora académica del Programa de Educación Bilingüe de Calidad para los niños de Wapichan.
Las voces de los representantes de la Amazonía fueron las protagonistas del Briefing sobre el Sínodo que se ha llevado a cabo en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, mientras continúan los círculos menores y se preparan las relaciones. Así lo ha explicado el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, Paolo Ruffini.
Proyectos educativos con valores tradicionales
Leah Rose Casimero, de Guyana, perteneciente al pueblo de Wapichan, ha contado su experiencia como coordinadora del programa de cursos bilingües para niños de Wapichan para la población indígena local.
Un programa que ofrece capacitación en dos idiomas, el de la población indígena y el inglés. "Tenemos nuestros propios materiales para los niños", dijo, e "incorporamos en los proyectos nuestros conocimientos y nuestra vida tradicional". Una experiencia de vanguardia, por tanto, que ayuda al pueblo wapichan a través de un programa nacido del diálogo con los jesuitas, con otras Iglesias, con otros consultores y que cuenta con el apoyo de las autoridades.
No hay derecho a eliminar ecosistemas con la bandera del progreso
Por su parte, Patricia Gualinga, líder en la defensa de los derechos humanos de las comunidades kichwa de Sarayaku, Ecuador, también proviene de los pueblos indígenas. Su llamado es fuerte en defensa de la Amazonía, "seriamente amenazada con consecuencias para toda la humanidad". En su intervención, Patricia lanzó también un llamamiento a una alianza de los pueblos indígenas con la Iglesia, ya que estos son perseguidos e incluso asesinados.
Felicio de Araujo Pontes Junior centró su atención sobre la defensa de los derechos de los pueblos de la Amazonía, así como en los descendientes de afroamericanos. Siendo procedente de Brasil y trabajando como fiscal y especialista en derecho de los pueblos indígenas, subrayó que muchas veces estos pueblos "entran en conflicto con el modelo de desarrollo imperante, centrándose también en el aumento de la cría y el monocultivo". En este sentido, Araujo Pontes Junior destacó que el hombre "no tiene derecho a eliminar los ecosistemas ondeando la bandera del progreso".
Espiritualidad indígena y pastoral inculturada
La experiencia del salesiano Justino Sarmento Rezende, experto en espiritualidad indígena y pastoral inculturada, fue también significativa. Viene del pueblo Tuyuca de Brasil. Su vocación nació gracias a los misioneros que enseñaron el catecismo a sus abuelos y a su deseo de poder transmitir la fe en su lengua materna, desde que la Iglesia entendió que los nativos a quienes evqngelizaban podían a su vez convertirse en evangelizadores.
Es sacerdote desde hace 25 años. En su discurso, destacó su gratitud a los misioneros por haber unido el Evangelio con el deseo de conocer las culturas indígenas. "Se trata de continuar pacientemente el diálogo- dijo- de conocer la vida de esos pueblos".
El problema de las tierras tradicionales
Finalmente, Monseñor Roque Paloschi, Arzobispo de Porto Velho, en Brasil, destacó los derechos de los pueblos indígenas que han sufrido discriminación, refiriéndose también al problema de las tierras tradicionales.
"La Constitución de 1988 -explicó el prelado- establecía que para 1993 todas las tierras de los pueblos originarios debían estar demarcadas, homologadas y registradas, mientras que ni siquiera un tercio de ellas estaban demarcadas y las no demarcadas estaban invadidas, siendo blanco de los buscadores de oro y de las industrias minera, petrolera y maderera".
En su discurso, subrayó en particular, que "la inculturación no se hace a través del proselitismo, sino a través del testimonio". No se trata de imponer una cultura desde arriba, de anular la cultura de los demás -afirmó Monseñor Paloshi- sino de preservar las semillas presentes en cada cultura porque "ninguna cultura es perfecta" y el anuncio del Evangelio es, de hecho, "un anuncio de vida nueva y todos necesitamos convertirnos en una persona nueva en el encuentro con Cristo".