El Vaticano dedica un matasellos a las carmelitas de Ronda, que custodia la mano de Santa Teresa, para celebrar su Centenario

El convento fue fundado el 15 de octubre de 1924, coincidiendo con la festividad de la santa abulense 

Redacción Religión

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El Vaticano dedica este martes, 15 de octubre, un matasellos al Centenario del Convento Carmelita de Ronda (en Málaga), que custodia la reliquia con la mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús.

 

Un convento que fue fundado el 15 de octubre de 1924 por el obispo Manuel González, el beato Tiburcio Arnaiz y la Madre María de Cristo.

Tal como explica el sacerdote de la archidiócesis de Toledo Salvador Aguilera, quien desde el año 2013 desempeña su ministerio pastoral en la Santa Sede, el matasellos conmemorativo está compuesto por el logotipo del Centenario, compuesto por el número cien, dentro del cual aparecen el escudo de la Orden Carmelitana y el relicario de la mano de santa Teresa de Jesús. Dicho logo está rodeado por una inscripción: 'Convento del Corazón Eucarístico de Jesús − Oficinas Postales Vaticanas – 15.10.2024'.

Con dicho matasellos, de 38 mm de diámetro, las Oficinas Postales Vaticanas obliterarán o anularán todo el material filatélico que el día 15 de octubre sea enviado desde la Ciudad del Vaticano al mundo entero.

Tras esta fecha, sólo será posible anular dicho material, debidamente franqueado, en las Oficinas Postales Vaticanas hasta el 16 de noviembre de 2024. Para tal ocasión, la Comunidad de Carmelitas Descalzas ha preparado una postal, con una edición limitada de 200 ejemplares, compuesta por una fotografía de la fachada del Convento.

En el anverso de la misma, se ha colocado un sello perteneciente a la emisión del undécimo año del pontificado, con un valor facial de 1,25€, sobre el cual será depositado el matasellos vaticano. En dicho sello, aparece una fotografía del Papa Francisco orando ante el icono de 'Sancta Maria, Salus Populi Romani', en la basílica romana de santa María La Mayor el día de su elección como Sucesor de Pedro en marzo de 2013.

La convulsa historia de la mano incorrupta de Santa Teresa

El convento de las Carmelitas Descalzas de la localidad malagueña de Ronda se encuentra el ojo izquierdo de Santa Teresa de Ávila, pero también la reliquia más famosa de la santa y que ha tenido más devoción: su mano incorrupta.

 

Se trata de la reliquia que durante la Guerra Civil Española fue robada por el bando republicano, y que luego recuperarían los nacionales para entregársela como botín de guerra a Franco, quien guardó la mano de la santa abulense durante sus casi cuarenta años de jefatura del Estado. No fue hasta su muerte cuando la esposa del dictador la devolviera al convento carmelita de Ronda en 1976.

Con el estallido de la guerra en 1936, las monjas del convento de Ronda son expulsadas por los milicianos, desplazándose a la Hermandad de los Pobres. Al abandonar la iglesia, un miliciano republicano pretendía arrebatarle a la Hermana Ana de Jesús el brazo incorrupto, pero la consagrada se negó.

Pero los milicianos, conocedores de que se trataba de un reliquia de valor, siguieron tratando de hacerse con el brazo, guardado a buen recaudo por Ana de Jesús, hasta que fueron amenazadas de muerte si se resistían a entregarlo. La Madre María de Cristo subió para que Ana de Jesús le entregara el brazo, y así lo hizo.

En noviembre de aquel año el bando nacional toma Ronda. Las carmelitas del convento explican a los soldados que querían recuperar el brazo incorrupto de Santa Teresa, ya que para ellas era de un gran valor.

No obstante, el sargento argumentó que al tratarse de un botín de guerra, tenía que ir a parar a Burgos, donde se hallaba Franco, para que decidiera lo que hacer. El dictador era consciente del valor espiritual del brazo de la santa abulense, por lo que se puso en contacto con el obispo de Málaga para pedirle que le dejase la reliquia durante la guerra.

Finalizada la contienda, el obispo de Málaga le concede el brazo mientras fuese jefe del Estado. Durante los casi cuarenta años de Franquismo, las carmelitas de Ronda contactaban periódicamente con Franco por carta para pedirle que le devolvieran el brazo incorrupto de Santa Teresa, bajo el pretexto de que la echaban en falta, pero no estaba por la labor.

Tras la muerte del General, su esposa Carmen Polo de Franco la entregó de manera inmediata al arzobispo de Toledo, que pidió a la comunidad carmelita de Ronda disponer del brazo dos semanas para que la diócesis pudiera disfrutarla. El 21 de enero de 1976 el obispo de Málaga envió una comitiva a Toledo para recuperar la mano.

Una vez que la reliquia regresó casi cuarenta años después a Ronda, el obispo de Málaga accedió al convento para entregársela personalmente a María de Cristo, la misma que cuarenta años antes se lo había entregado al miliciano.