Los mejores deseos de los obispos europeos al Papa por su décimo aniversario: "Gracias por su magisterio"
Los prelados han agradecido al Papa su constante trabajo por "ayudar a Europa a redescubrir el rostro siempre joven de Jesús y de su esposa"
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En el décimo aniversario del pontificado del Papa Francisco, los obispos europeos se han unido en el llamamiento por una paz justa en Ucrania y han agradecido al Papa su amplio "magisterio europeo", recorriendo algunas de sus etapas fundamentales entre los cuales han destacado el compromiso de "ayudar a Europa a redescubrir el rostro siempre joven de Jesús y de su esposa".
Estos son los principales contenidos de la carta de buenos deseos que la Presidencia de la CCEE, en nombre de todos los obispos europeos, ha enviado al Papa Francisco con motivo del décimo aniversario de su pontificado.
En la carta, los obispos han destacado el "magisterio europeo" del Papa Francisco, y han recordado sus visitas al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa en Estrasburgo en 2014, la entrega del Premio Carlomagno en 2016, y el encuentro con los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea con motivo del 60 aniversario del Tratado de Roma.
En el encuentro por el 60 aniversario del Tratado de Roma, el Papa Francisco subrayó que "los Padres Fundadores nos recuerdan que Europa no es un conjunto de reglas que hay que observar, no es un manual de protocolos y procedimientos que hay que seguir. Es una vida, un modo de concebir al hombre a partir de su dignidad trascendente e inalienable, no sólo como un conjunto de derechos que hay que defender o de reivindicaciones que hay que hacer".
Los obispos europeos han agradecido también al Papa su continuo acompañamiento en la delicada misión de anunciar a Cristo y "ayudar a Europa a redescubrir el rostro siempre joven de Jesús y de su esposa", redescubriendo los valores cristianos que están en la base de su identidad europea.
Por último, la Presidencia de la CCEE ha señalado que "desde la invasión de Ucrania, no nos hemos cansado de pedir el fin de la guerra y de rezar por las víctimas de este conflicto". Por ello, "junto con nuestras comunidades eclesiales, queremos unir nuestra voz a la suya y renovar nuestro llamamiento a quienes tienen autoridad sobre las naciones para que se alcance cuanto antes una paz justa para el pueblo ucraniano".
Cabe recordar que, tras la concesión del Premio Carlomagno, la Comisión Europea decidió nombrar un enviado especial de la UE para la libertad religiosa. El primer enviado de la UE para la libertad religiosa, Jan Figel, también participó en el "aseguramiento" de Asia Bibi, la mujer paquistaní que había sido condenada a muerte por blasfemia y posteriormente declarada inocente, y que tuvo que abandonar su país con su familia para evitar ser objeto de violencia o venganza por parte de la población.
A lo largo de los años, en su "Magisterio europeo", el Papa no ha dejado de poner de relieve algunos de los mayores desafíos del continente: desde el invierno demográfico hasta la identidad europea que "siempre ha sido dinámica y multicultural", desde el derecho a la vida hasta el derecho a la acogida. De los 40 viajes apostólicos del Papa Francisco, 15 estuvieron dedicados al continente europeo. Durante estos viajes, el Papa pudo visitar 20 naciones europeas, y en 12 de ellas la población no era de mayoría católica.
La elección de los viajes a Europa por parte del Papa Francisco mostró así concretamente una opción preferencial por las "periferias existenciales" de los católicos en Europa, así como una clara opción a favor del diálogo ecuménico.
Hoy, mientras hay una guerra en el corazón de Europa, es necesario que Europa mire dentro de sí misma, y vuelva a esa espiritualidad y religiosidad que son las primeras semillas de reconciliación entre los pueblos. El Magisterio europeo del Papa Francisco anima precisamente a mirar a ese núcleo espiritual que, por oculto que esté, nunca ha fallado.
En los últimos años, el Papa Francisco ha reiterado, con muchos matices, que Cristo es realmente la esperanza de Europa, y que hoy más que nunca el necesario volver a Dios para mirar al futuro de nuestro continente. Volver a Dios significa volver a la visión del ser humano y de su desarrollo integral. Así es también como se combate la colonización ideológica, repetidamente denunciada por el Papa, que en nuestro continente toma a veces la forma de una persecución encubierta no sólo contra los cristianos, sino contra la religión.