Precius y Benedite, las jóvenes africanas víctimas de la trata que han sido recibidas por el Papa Francisco
Precius nació en Nigeria, y recibirá el Sacramento del Bautismo en la Misa de la Nochebuena. Benedite es congoleña y estuvo en los campos de refugiados de Lesbos y Samos
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Precius y Benedite, son dos mujeres de origen africano que fueron víctimas de la trata. Este miércoles, tras la Audiencia General del Papa Francisco, fueron recibidas por el Santo Padre, que les bendijo y tuvo la oportunidad de conocer sus duras historias.
En la actualidad, las dos jóvenes viven en la “Casa familia San Pietro” de la Comunidad Papa San Juan XXIII que se localiza en la localidad de Cedda, en la Toscana. Precius nació en Nigeria, y recibirá el Sacramento del Bautismo en la Misa de la Nochebuena. Por su parte, Benedite es natural del Congo, y recaló en Italia después de haber estado en los campos de refugiados de las islas griegas de Lesbos y Samos.
Durante su Pontificado, Francisco ha denunciado con energía el drama que viven muchas mujeres como consecuencia de la trata, por lo que siempre que tiene ocasión, insta a los fieles a rezar por esta forma de esclavitud moderna, además de pedir a la comunidad internacional tomar medidas que detengan esta lacra.
Con este fin, el Sucesor de Pedro creó en 2014 el Grupo de Santa Marta, para reunir a líderes católicos y jefes de policía internacional para luchar contra este problema.
Ese mismo año, un total de sesenta expertos de diferentes países y representantes de organizaciones de la Iglesia Católica lideradas por Cáritas Internationalis se reunieron, como cada dos años, para encontrar nuevos modos de luchar contra el “segundo negocio clandestino más lucrativo del mundo, después del tráfico de armas y por encima del tráfico de drogas”.
En 2015, el Papa Francisco dedicó su mensaje para la Jornada de la Paz a este problema, como prioridad clave de la diplomacia internacional de la Santa Sede. Por su parte en febrero de 2019, pidió en un video rezar por las víctimas de la trata, la prostitución y la violencia.
“Aunque tratemos de ignorarlo, la esclavitud no es algo de otro tiempo. Ante esta trágica realidad, no podemos lavarnos las manos si no queremos ser, de alguna manera, cómplices de estos crímenes contra la humanidad”, expresaba el Papa Francisco en el video.