Un pueblo de Italia sufraga el viaje de un enfermo terminal a Ghana para morir junto a su padre: "Son santos"

El Papa Francisco ha relatado la historia de John, el inmigrante de 25 años enfermo de cáncer que deseaba despedirse de su padre. La solidaridad de Monferrato lo hizo posible

Un pueblo de Italia sufraga el viaje de un enfermo terminal a Ghana para morir junto a su padre: "Son santos"

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El Papa Francisco no ha querido dejar pasar la ocasión de reivindicar el buen corazón que ha mostrado el pueblo de Monferrato, región italiana del Piamonte, con un joven inmigrante que ha fallecido como consecuencia del cáncer.

El Pontífice, durante el Ángelus de este domingo, 6 de febrero, ha celebrado que pese a las malas noticias que ocupan la mayor parte de las portadas informativas de todo el mundo, aún hay espacio para “noticias bellas”, como ha sido este caso.

El Sucesor de Pedro se refería de esta manera a John, un joven de Ghana de 25 años que, para llegar a Italia, sufrió mucho, como otros tantos inmigrantes. Tras vivir una experiencia durísima, manifestaba Francisco, “logró acomodarse en Monferrato y comenzó a trabajar, a crear su futuro, en una empresa de vinos”.

Pero por desgracia, un “cáncer terrible” apareció en su vida. Su familia estaba lejos, en su país de origen. No podían cuidar de John ni despedirse de él. El último deseo del joven inmigrante, explicaba el obispo de Roma en el Ángelus “era regresar a casa y abrazar a su papá antes de morir”.

Así las cosas, una vez que los profesionales sanitarios que le atendían le comunicaron que no podían hacer nada por su vida, el pueblo de Monferrato puso en marcha una campaña de recaudación que sufragara el viaje de John hasta Ghana para morir allí junto a sus seres queridos: “Lleno de morfina le subieron en el avión junto a otro compañero para fallecer en los brazos de su padre”, ha precisado el Santo Padre.

“Esto nos hace ver que en medio de tantas noticias feas, hay también noticias bellas. Hay santos, son los santos de la puerta de al lado”, reflexionaba el Papa antes de bendecir a los presentes en la Plaza de San Pedro del Vaticano.