Torturado y 18 años preso: Ernesto Simoni, el cardenal albanés al que ha rendido homenaje el Papa

El Papa Francisco ha rendido homenaje a Ernesto Simoni, cardenal albanés que estuvo preso durante 18 años por su fe en el régimen comunista de Enver Hoxha. Aprovechando su presencia en la audiencia general de este miércoles, el Pontífice argentino ha reivindicado la figura de Simoni, al que califica de “mártir viviente”.

Tras impartir su catequesis, Francisco hacía referencia al gran número de mártires con los que cuenta la Iglesia desde sus inicios, de los cuales muchos de ellos “fueron sepultados aquí (en Roma), en las excavaciones se encuentan estas tumbas”, pero alerta que en la actualidad son los mismos o incluso más el número de seguidores de Cristo que son perseguidos por el odio a la fe.

Fue en este momento cuando el Papa sacaba a relucir al cardenal Simoni: “Vivió 18 años en la cárcel comunista de Albania, una de las más crueles. Y sigue dando su testimonio. Ahora tiene 95 años, y sigue trabajando para la Iglesia sin desanimarse. Querido hermano, te agradezco tu testimonio, gracias”, expresaba el Santo Padre, cuyo homenaje al cardenal albanés suscitó los aplausos de los presentes en el Aula Pablo VI.

Tras su alocución, Ernesto Simoni se acercó al Papa para abrazarse entre ellos, siendo uno de los momentos más emotivos de la audiencia general de este miércoles, 14 de febrero.

No es la primera vez que el Pontífice y el cardenal Simoni se encuentran, ya que el 21 de septiembre de 2014, en su visita a Tirana, Francisco escuchó emocionado el testimonio sobre su persecución. De hecho, fue Jorme Mario Bergoglio quien le creó cardenal en el consistorio del 19 de noviembre de 2016.

Ernesto Simoni, un sacerdote en la clandestinidad torturado y condenado a muerte

El cardenal Simoni nació en el pueblo de Troshani. Entró al seminario franciscano a los 18 años de edad en plena persecución del régimen comunista. Fue ordenado sacerdote el 7 de abril de 1956 en la ciudad de Shkodra.

Fue arrestado en 1963, acusado de haber oficiado una Misa de sufragio por el alma del presidente de EEUU, John F. Kennedy.

Fue torturado y condenado a muerte, pero la pena le fue conmutada a veinticinco años de prisión con trabajo forzado. En prisión trabajo como minero. Fue padre espiritual de los detenidos. En 1973 fue nuevamente condenado a muerte por instigación a la rebelión pero sus compañeros presidiarios atestiguaron a su favor y la pena no fue cumplida. Pasó 18 años de prisión hasta que fue liberado en 1981.

Ejerció el sacerdocio de manera clandestina hasta la caída del régimen comunista en 1990. Desde entonces continuó ejerciendo su ministerio sacerdotal trabajando en la reconciliación de los albaneses.