El fuerte llamamiento del Papa tras la tragedia en el Mediterráneo: "Que sus aguas no se ensangrienten más"

Francisco ha pedido detener a los traficantes de seres humanos y que no "continúen disponiendo de la vida de tantos inocentes"

00:00

El fuerte llamamiento del Papa tras la tragedia en el Mediterráneo: "Que sus aguas no se ensangrienten más"

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Tras haber reflexionado sobre el Evangelio de la Transfiguración en este segundo Domingo de Cuaresma, el Papa Francisco dirigió su pensamiento a las víctimas de la tragedia ocurrida el pasado domingo en Cutro, cerca de Crotone, donde fallecieron 69 personas: “Rezo por las numerosas víctimas del naufragio, por sus familias y por los que han sobrevivido”.

Francisco ha expresado su “reconocimiento y gratitud” a la población y a las instituciones locales “por su solidaridad y acogida a estos hermanos y hermanas nuestros”.

00:00
Escucha las palabras del Papa desde Plaza San Pedro

Giovanni Isolino / LaPresse via ZU / DPA - Only For Use In Spain

Asimismo, el Papa ha querido hacer un importante llamamiento a todos “para que tales tragedias no se repitan, para que se detenga a los traficantes de seres humanos y que no continúen disponiendo de la vida de tantos inocentes. Que las aguas claras del Mediterraneo no se ensangrienten más con estos dramáticos accidentes. Que el Señor nos de la fuerza de comprender y de llorar”.

Además, Francisco no se ha olvidado tampoco de las víctimas del accidente de tren en Grecia: “Muchos eran jóvenes estudiantes, rezo por los fallecidos y estoy cerca de los heridos […] que la Virgen los consuele”.

La reflexión del Papa sobre el Evangelio de este segundo Domingo de Cuaresma

El Santo Padre ha pedido a los fieles detenerse en la escena de la Transfiguración y preguntarse: “¿En qué consiste esta belleza? ¿Qué ven los discípulos? ¿Un efecto especial? No, no es eso. Ven la luz de la santidad de Dios resplandecer en el rostro y en las vestimentas de Jesús, imagen perfecta del Padre. Pero Dios es Amor, y, por lo tanto, los discípulos han visto con sus ojos la belleza y el esplendor del Amor divino encarnado en Cristo. Un anticipo del paraíso”.

Como también lo ha hecho en otras ocasiones, Francisco ha dejado algunas preguntas para los fieles que estaban en la Plaza San Pedro: “¿Sabemos reconocer la luz del amor de Dios en nuestra vida? ¿La reconocemos con alegría y gratitud en los rostros de las personas que nos quieren? ¿Buscamos en torno a nosotros las señales de esta luz, que nos llena el corazón y lo abre al amor y al servicio? ¿O preferimos los fuegos de paja de los ídolos, que nos alienan y nos cierran en nosotros mismos?”.

Temas relacionados