Francisco dedica su última día en Bangladesh a los más necesitados

El Papa Francisco durante su último día del viaje a Bangladesh. REUTERS

Agencia EFE

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El Papa Francisco ha dedicado su último día en Bangladesh a visitar la Casa Madre Teresa y la Iglesia del Santo Rosario, dos ejemplos de la actividad de la Iglesia católica en el país y donde se acoge a los mas necesitados, a enfermos y a niños huérfanos.

Francisco dejó atrás la parte política y de diálogo interreligioso de ese viaje, además de la cuestión de los rohinya - la minoría musulmana perseguida en Birmania y que ha huido masivamente hacia Bangladesh - para dedicarse a los más necesitados.

Su primera etapa fue la Casa Madre Teresa de Tejgaon, la más pequeña de las gestionadas por las Misioneras de la Caridad y donde se alojaba la santa de Calcuta cuando viajaba al cercano Bangladesh.

Sus moradoras ayudan a huérfanos, discapacitados mentales y físicos y cuenta con cerca de un centenar de camas para los más necesitados.

También visitó una pequeña exposición dedicada a la madre Teresa de Calcuta, fundadora de las hermanas de la Caridad y que fue declarada santa el año pasado tras un rápido proceso de canonización tan solo 19 años después de su muerte.

El Pontífice hizo una visita privada a ese pequeño centro donde le esperaban algunos niños y enfermos y entró en las dos pequeñas salas donde están hospitalizados algunos de ellos deteniéndose con cada persona para una bendición.

Después caminó a la Iglesia del Santo Rosario, donde se reunió con los religiosos del país, que le recibieron con fuertes aplausos y gran entusiasmo, sobre todo entre las monjas.

Escuchó los testimonios de cinco religiosos y después a la hora de dirigirse a los sacerdotes, rreligiosos, seminaristas y novicias, Francisco sustituyó el discurso que había preparado por una charla improvisada en español, que fue traducida al inglés.

"Les he preparado ocho páginas y para no aburrirles, les voy a dar el discurso y voy a decir lo que se me ocurra", comenzó el Papa provocando la carcajada de varios centenares de religiosos.

Francisco repitió en Bangladesh el mensaje del peligro de las divisiones en el seno de las comunidades católicas

Francisco repitió en Bangladesh el mensaje del peligro de las divisiones en el seno de las comunidades católicas y el mal que hacen "los chismes".

"La lengua, la lengua, es esto lo que destruye una comunidad. El hablar mal de otros, el subrayar los defectos de otros, pero no decírselo y así crear desconfianza, recelos y un ambiente en el que no hay paz", agregó.

Aseguró que esto es "terrorismo", porque "el que va a hablar mal de otro no lo dice públicamente como el terrorista no lo dice públicamente. El que va a hablar mal de otro lo hace a escondidas. Tira la bomba y se va, y la bomba destruye todo y el se va tranquilo a poner otras".

Tras el encuentro hizo una breve parada para una oración en el cementerio donde están enterrados muchos de los religiosos católicos de este país y esparció agua bendita entre las tumbas.

Prosiguió su recorrido por este complejo del "Santo Rosario", que cuenta también con dos centros educativos y un orfanato, y entró en la antigua iglesia del Santo Rosario, de fachada color azul.

Dentro de la Iglesia le esperaban algunos de los huérfanos que viven en este lugar, a los que el papa les pidió que rezaran todas las noches antes de irse a dormir y que rezasen por él.

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