Ancianidad, divino tesoro

Mario Alcudia reflexiona sobre los valores e importancia de las personas mayores en nuestras vidas y la sociedad

Mario Alcudia

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Hoy celebramos el Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez; una jornada en la que hay que recordar que en España 1 de cada 5 personas tiene más de 65 años. Cada una de ellas es especial, necesaria e imprescindible de nuestro pasado, presente y futuro, son pieza singular de nuestra historia. Sin ellas, no conoceríamos nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestros recursos como sociedad. Son el testimonio vivo de nuestros cimientos.

En este día conviene tampoco olvidar el abuso y maltrato a la vejez, como por ejemplo los denominados micro-maltratos que ocurren cuando no guardamos las formas al dirigirnos a ellos, o qué decir de la ignorancia que lleva a esa tan temida soledad.

Tampoco el ritmo y el estilo de vida que llevamos nos permite devolver, mínimamente, a nuestros mayores lo que ellos han dado o se han sacrificado por nosotros.

La familia es una pequeña Iglesia doméstica

Junto a esas cuestiones negativas conviene recordar los muchos casos positivos a nuestro alrededor; gracias a Dios, tantas familias donde los mayores son, además de memoria viva, ese manantial de sabiduría y el principal motor que las mantiene unidas. Los abuelos que son un auténtico tesoro.

Dice el Papa que los ancianos nos transmiten la pertenencia al Pueblo santo de Dios; por tanto, son trascendentales en la vida y misión de la Iglesia. Siempre recordamos que la familia es esa pequeña Iglesia doméstica donde se nos enseña la fe y muchas veces lo hacen nuestros mayores

Una sociedad que no les tiene en cuenta es una sociedad huérfana. Es algo en lo que también insiste Francisco; la importancia del encuentro entre mayores y jóvenes, vital para custodiar la memoria; entender que la vida no puede reducirse al presente sino el don que supone pertenecer a una historia más grande. Así que necesitamos de su sabiduría, de su buen hacer y de su experiencia vital.