Ser sal y luz del mundo
En la reflexión sobre el Evangelio de este domingo se pone de manifiesto la misión que tenemos los cristianos en el mundo
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Estamos ya en el 5º Domingo del Tiempo Ordinario y, recordando lo que Jesús nos decía el domingo pasado, nos insinuaba y nos llevaba a un camino de felicidad siguiendo el camino de las bienaventuranzas. Pero hoy nos ofrece algo más, una misión que hacer: ser como la sal y como la luz del mundo. ¿Dónde? En nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestro ambiente. Vamos a escuchar cómo nos lo expresa Él en el texto de Mateo, capítulo 5, versículo 13 y 16: