Diario misionero: Así se afronta en Costa de Marfil una huelga de estudiantes
Lleva más de veinte años de misionero. Ramón Lázaro Esnaola llegó a Costa de Marfil en 2001
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Lleva más de veinte años de misionero. Ramón Lázaro Esnaola llegó a Costa de Marfil en 2001. Cada día antes de dormir, nos manda un 'parte'. Qué ha pasado ese día en la misión, qué ha vivido, qué siente... Diario de un misionero en Costa de Marfil.
Lunes 25 de febrero:
Ya estamos en la quinta semana de huelga en la escuela primaria, secundaria y en la universidad. Es increíble cómo se ha enquistado este conflicto. Los profes piden que les paguen las horas extra y que mejoren sus salarios. Y el gobierno ha metido a dos líderes sindicales por alterar el orden público.
Cuando dos elefantes luchan, la hierba que está debajo sufre las consecuencias. Muchos jóvenes decepcionados y desmotivados, padres y madres que se preguntan por qué pagan los estudios de sus hijos. Y el riesgo de que declaren el año nulo y que todos tengan que repetir curso. Los profes dicen que cuando los militares se quejaron y cogieron las armas y bloquearon las carreteras, al día siguiente el ministro intentó solucionar el conflicto.
Han dicho que el lunes que viene habrá clases pero será difícil remotivar a todos esos jóvenes...Y a todos esos padres y madres que hacen muchos sacrificios para que sus hijos e hijas vayan a la escuela y que no se explican que uno deje de trabajar porque le pagan injustamente. La mayoría trabaja en el campo y cada año tienen que aguantar que el Estado pague mal el cacao, el caucho o el anacardo.
No son buenos tiempos por estos lares.
Martes 26 de febrero:
De viaje. Cambiando de marcha. Cambiando de paisaje. Cambiando de culturas. Cambiando de diálogos. Cambiando de clima. Cambiando mentalidades. Cansado tras diez horas y media al volante. Agradecido por la acogida de las religiosas camilianas de Kenya. Agradecido por el amor con el que nos han acogido en Bouaké y nuestros hermanos de Marandallah.
Agradecido porque no tuvimos ningún contratiempo durante el viaje a pesar de los riesgos de viajar por la noche por pistas polvorientas siguiendo a otro coche que impedía ver la pista con claridad. Y, llegando a casa, tras la cena, celebrar la eucaristía con sencillez y agradecimiento celebrando lo vivido, la amistad naciente y la comunión entre las iglesias locales. Buenas noches y dulces sueños.
Jueves 28 de febrero:
He pasado la mañana en Marandallah, viendo la gente y la misión. Algunos reencuentros, pero todo muy rápido. Elisabeth ha dado a luz su cuarto hijo. Tiene dos niños y dos niñas. Me ha dicho que ya está bien. Ella trabaja en la farmacia de nuestro Centro de Salud. Por la tarde, he pasado por Sononzo, donde toda la comunidad nos esperaba. Y, luego, hemos llegado a Dianra, donde hemos tenido un momento con la comunidad. Un momento muy bonito porque he visto a amigos y amigas que hacía mucho que no veía. Bonitos un par de diálogos poniéndome al día de algunas situaciones familiares. Cansado pero contento, rebosante de amor misionero. Buenas noches y dulces sueños.