Así es la vida de un misionero en Costa de Marfil durante Semana Santa

El misionero Ramón Lázaro cuenta en su diario misionero, cómo se vive la Semana Santa en una misión

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Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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En una misión en África o donde sea, pasa absolutamente de todo. ¿Imaginas cómo será vivir la Semana Santa en una de Costa de Marfil? Nos lo cuenta Ramón Lázaro, el misionero que nos envía su diario cada día. Puedes leer absolutamente todo lo que le ha pasado esta semana aquí:

Miércoles 14 de abril:

Hoy he tenido reunión de todos los agentes pastorales de la diócesis. Por la noche, hemos tenido la misa crismal en una celebración multitudinaria. Muchas personas, mucha de, mucha alegría y apoyo a los agentes pasrorales. Mañana y pasada empezará lo bueno. Estoy recargando pilas para lo que se me viene encima

Jueves 15 de abril:

Hoy he venido a la parroquia donde viviré la Semana Santa. Cuando he llegado una joven me ha compartido sus dificultades de vivir en una familia que desde hace un mes es poligama. Me ha sólido ver sus lágrimas. La preocupación por la situación en la que quedará su madre en el futuro. 'a justificación cultural de un comportamiento que hiere a muchos miembros de la familia. El dolor del amor y el egoísmo de un placer que destroza el jardín que durante tantos años han plantado, cuidado y querido. Desde luego, xiensa la Semana Santa. Buenas noches

Viernes 16 de abril:

Al mediodía he venido a Mahieoua, a la familia de Matías y Marie, donde le quedaré hasta el lunes. El recibimiento ha sido sencillo y lleno de calor. Cada uno de sus hijos ha venido a saludarme con mucho afecto. Por la tarde hemos estado preparando los oficios de cada día. Es la segunda vez en su historia que celebran el jueves Santo con un cura. Durante la vigilia pascual habrá 14 bautismos, 3 profesiones de fe y 4 primeras comuniones. Hoy he lavado los pies de los 12 "discípulos", hemos escogido tres hombres, tres mujeres, tres chicos y tres chicas para que toda la comunidad estuviera representada. Luego, nos hemos ido a cenar y hemos vuelto para la hora Santa.

He expuesto el Santísimo y hemos estado leyendo el capítulo 17 de Juan entrecortado por oraciones espontáneas y cantos y danzas para honrar al Señor, acabamos de terminar y una fuerte lluvia nos ha sorprendido mientras metíamos los bancos en la capilla. Nos hemos chipiado pero doble bendición porque hacía mucho que esperaban la lluvia y siempre es una bendición cuando alguien llega nuevo en la aldea. A ver cómo nos va mañana.

Ah, y he conseguido que Maria y su hija cenaran con nosotros. Normalmente ellos aparte y ellas aparte (si hay que respetar la cultura). Pero como aquí tengo confianza me lo he saltado a la torera y les he pedido que comieran con nosotros.

Des - pa - ci - to. Buenas noches y dulces sueños.