Del 'Storytelling' al 'Storydoing'
La estrategia de contar historias da paso a la interacción con esos contenidos, en los que la marca se sigue jugando la credibilidad, incluida la Iglesia
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El mundo de la comunicación está en constante cambio y la forma de contar lo que ocurre evoluciona a una velocidad de vértigo. Por este motivo, los departamentos de comunicación de las organizaciones juegan cada día un papel más importante en el desarrollo de la misma.
Más allá de una buena técnica y de las virtudes de los profesionales que la forman (que se da por supuesto), las compañías tienen que contar una historia para llegar al público. Un historia que despierte interés, que las defina, que las identifique y las diferencie. Una estrategia de contenido que, en la jerga de los comunicadores, se denomina storytelling. La construcción de relatos de alto contenido emocional que, tienen como objetivo transmitir sus valores y potenciar su imagen de marca.
La campaña de comunicación más ambiciosa de todos los tiempos tenía un objetivo claro: darle identidad a un pueblo único. Éste estaría formado por todas las personas del mundo entero que creyesen lo mismo: un hombre de Galilea murió en una cruz y resucitó tres días después. Era el Hijo de Dios. Fue un caso de storytelling.
Sin embargo, cada vez son más las organizaciones que se suman a este mantra, por lo que, está dejando de ser un punto de diferenciación.
Las grandes consultoras de comunicación apuntan a que a partir de ahora la tendencia girará en torno a otro concepto: el storydoing. Es decir, serán las propias organizaciones las impulsoras de la historia para que los usuarios sean los verdaderos protagonistas de sus narraciones. Una estrategia de contenido de este tipo tratará de construir a través de la comunicación relaciones beneficiosas entre el consumidor y la marca.
La Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha hace dos años una estrategia audiovisual adaptando el contenido a los nuevos canales de comunicación. A través de las plataformas con mensajes personalizados y directos (Instagram; Facebook; app; Whatsapp…) la institución habla de manera personalizada con su audiencia. La apuesta digital ha abierto una nueva vía para mostrar visualmente cuáles son los valores de la institución más antigua del mundo.
El reto ya no es solo comunicar, sino generar credibilidad, confianza y feedback con los usuarios.