'Chateando con Dios': "Dios os ha elegido para que seáis santos e irreprochables"
Josetxo Vera desgrana el Evangelio del domingo, víspera de la Epifanía del Señor
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Estaremos de acuerdo que en todas la profesiones, sus trabajadores dominan una jerga y unas expresiones que nadie más comprende. A los curas les pasa algo parecido. En el caso de las celebraciones litúrgicas, siempre se recurre a un refrán que dice así: “Nunca hacer dos veces la misma acción”. Sin embargo, durante las navidades se recurre hasta en tres ocasiones el mismo Evangelio debido a su importancia, y que una vez más se escuchará este domingo: “El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Se trata del prólogo del Evangelio de San Juan.
El verbo, que existía antes de todos los tiempos y que era Dios, por el cual se hizo todo, se hizo carne y vivió entre nosotros. Ha venido para manifestar su gloria a nosotros. Pero en esta edición de 'Chateando con Dios', el periodista y sacerdote Josetxo Vera analiza cuál es la misión de los cristianos en el mundo. Sabemos que la misión de Jesucristo es salvar a la gente... ¿pero y la del resto?
Fue San Pablo quien escribió a los cristianos de Éfeso, hace menos de 2000 años, lo que tenían que hacer, y que también se escuchará en la celebración de la Eucaristía, en la Segunda Lectura. Se trata de un canto de alabanza de San Pablo a Dios.
En Navidad celebramos una gran bendición de Dios, y San Pablo les dice a los habitantes de Éfeso: “Dios os ha elegido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales para que seáis santos e irreprochables ante él por la vía del amor a Dios y al prójimo. Hemos sido elegido para ser santos e irreprochables, pero desde antes de la creación del mundo. No es lo más sencillo, pero es nuestra propia misión.
A lo más alto que vamos a llegar en la vida es a ser hijos de Dios. Es nuestra misión. Por eso San Pablo nos dice tres cosas:
- Bendito sea Dios, padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos regala innumerables dones espirituales y celestiales.
- Habéis sido elegidos para ser santos e irreprochables.
- Habéis sido elegidos para ser hijos de Dios por su infinita bondad, y tenemos que ser agradecidos.