Las heridas de la guerra, protagonistas en 'Apuntando a lo Alto': "Son prácticamente incurables"

El programa de la Pastoral de Juventud de la Iglesia en España se une al llamamiento del Papa Francisco: "Las guerras son siempre un derrota"

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Redacción Religión

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'Apuntando a lo Alto', el programa elaborado por la Pastoral de Juventud de la Iglesia en España, vuelve en el 2024 con un nuevo episodio para dar protagonismo a los jóvenes. Ilusión y esperanza deben ser los criterios fundamentales a la hora de afrontar los retos en esta pastoral y también en este episodio que tiene como gran tema las heridas que ocasiona la guerra hoy en día.

Vivimos en un mundo un poco convulso: son muchas las situaciones que tenemos en nuestro entorno que perturban nuestro corazón y nos crean situaciones de agobio y que llevan a enfrentamientos que no son propiamente de la realidad que debemos de vivir. Si esto además lo llevamos a lo que es ya un enfrentamiento en guerras, con todo lo suponen con heridas físicas y psicológicas, evidentemente que marca el camino de muchísimas generaciones. Por eso, no podemos mirar hacia otro lado.

El nuevo episodio de 'Apuntando a lo alto' ha contado con la participación de Dani Díaz-Rincón, responsable de jóvenes de Acción Católica General, y Antonio Garrido Salcedo, natural de Córdoba, que trabaja con el Movimiento Laudato Sí.

El Papa no para de hacer llamamientos por la paz y así ha sido especialmente en el último mensaje 'Urbi et Orbi'. Francisco repite siempre que “las guerras son siempre una derrota”.

Dani ha admitido que desde muy pequeño sabe que en el mundo hay guerras, pero siempre ha sido “muy insensible con este tema, nunca me he puesto en la piel de las personas que lo viven”. Gracias a la Iglesia, Dani ha podido conocer a gente que la han vivido en primera persona y ahora realmente “lo vivo con intranquilidad y falta de paz, saber que hay personas que están sufriendo muchísimo ahora mismo”.

Antonio tenía organizado un viaje a Tierra Santa que tuvo que cancelar a causa del conflicto: “Me ha llamado mucho la atención la fragilidad de la paz a la hora de construirla y mantenerla. Ha sido un shock ver como de un momento para otro, que estaba en una calma tensa, se ha fracturado improvisamente”. “¿Cuántas guerras hay en el mundo que directamente ni aparecen en los medios o que caen en el olvido del Occidente?”, se pregunta además Antonio.

Sobre las heridas que trae la guerra, Antonio cree que son “prácticamente incurables”: “Es muy difícil poder entender la dimensión de un conflicto armado en el que un ciudadano se vea implicado […] hay traumas que solamente si se viven en carne propia se pueden llegar a entender”.

Dani va en la misma línea de Antonio: “Es imposible que yo me pueda poner en la situación de alguien que está viviendo una guerra o una hipotética posguerra […] el rencor, el odio, el miedo, ¿cómo sería mi día a día? […] intentándolo por un momento me imagino que sería día tras día pensando en eso […] me imagino que toda la sanación de estas heridas incurables pasan por la paz, el perdón y la fraternidad entre los países”.

¿Qué instrumentos podemos tener para poder concienciar a los jóvenes de esta situación terrible de la guerra?: “El primer paso tiene que ser el perdón y el segundo es el amor, la gran herramienta que tenemos que utilizar para salvar el mundo. Probablemente usando argumentos lógicos o de la razón sería imposible llegar a la paz. Por otro lado, no podemos tomar un conflicto armado muy a la ligera: tenemos que detenernos y poderlo analizarlo con toda su magnitud”.