“Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí”

Evangelio según san Mateo (19,13-15) y comentario de José María Calderón, director nacional de OMP

Redacción Religión

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Primera Lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (18,1-10.13b.30-32):

Me vino esta palabra del Señor: «¿Por qué andáis repitiendo este refrán en la tierra de Israel: «Los padres comieron agraces, y los hijos tuvieron dentera?» Por mi vida os juro –oráculo del Señor– que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel. Sabedlo: todas las vidas son mías; lo mismo que la vida del padre, es mía la vida del hijo; el que peca es el que morirá. El hombre que es justo, que observa el derecho y la justicia, que no come en los montes, levantando los ojos a los ídolos de Israel, que no profana a la mujer de su prójimo, ni se llega a la mujer en su regla, que no explota, sino que devuelve la prenda empeñada, que no roba, sino que da su pan al hambriento y viste al desnudo, que no presta con usura ni acumula intereses, que aparta la mano de la iniquidad y juzga imparcialmente los delitos, que camina según mis preceptos y guarda mis mandamientos, cumpliéndolos fielmente: ese hombre es justo, y ciertamente vivirá –oráculo del Señor–. Si éste engendra un hijo criminal y homicida, que quebranta alguna de estas prohibiciones ciertamente no vivirá; por haber cometido todas esas abominaciones, morirá ciertamente y será responsable de sus crímenes. Pues bien, casa de Israel, os juzgaré a cada uno según su proceder –oráculo del Señor–. Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no caeréis en pecado. Quitaos de encima los delitos que habéis perpetrado y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo; y así no moriréis, casa de Israel. Pues no quiero la muerte de nadie –oráculo del Señor–. ¡Arrepentíos y viviréis!»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 50,12-13.14-15.18-19

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Oh Dios, crea en mi un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:

enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti. R/.

Los sacrificios no te satisfacen:

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;

un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (19,13-15):

En aquel tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos los regañaban.

Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.»

Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra del Señor