EVANGELIO DEL DÍA

Evangelio 21 mayo: "Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde"

San Juan 14, 27-31a

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Evangelio 21 mayo: "Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El  Evangelio del día 21 de mayo de 2019 con las lecturas de hoy:

Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

"La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: 'Me voy y vuelvo a vuestro lado'. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago. Levantaos, vámonos de aquí".

Puedes leer el Evangelio y las lecturas de ayer pinchando aquí.

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 19-28

En aquellos días, llegaron unos judíos de Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad.

Al día siguiente, salió con Bernabé para Derbe; después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquia, animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.

En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquia, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los discípulos.

Salmo 144, 10-11. 12-13ab, 21

R. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias,

Señor, que te bendigan tus fieles;

que proclamen la gloria de tu reinado,

que hablen de tus hazañas. R.

R. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Explicando tus hazañas a los hombres,

la gloria y majestad de tu reinado.

Tu reinado es un reinado perpetuo,

tu gobierno va de edad en edad. R.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,

todo viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás. R.

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