"Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios"

Evangelio según san Marcos (12,13-17) y comentario de José María Calderón, director nacional de OMP

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Redacción Religión

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Primera Lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro (3,12-15a.17-18)

Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables. Considerad que la paciencia de Dios es nuestra salvación. Así, pues, queridos hermanos, vosotros estáis prevenidos; estad en guardia para que no os arrastre el error de esos hombres sin principios, y perdáis pie. Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien sea la gloria ahora y hasta el día eterno. Amén.

Salmo

Sal 89

R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación

Antes que naciesen los montes

o fuera engendrado el orbe de la tierra,

desde siempre y por siempre tú eres Dios. R/.

Tú reduces el hombre a polvo,

diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»

Mil años en tu presencia

son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R/.

Aunque uno viva setenta años,

y el más robusto hasta ochenta,

la mayor parte son fatiga inútil,

porque pasan aprisa y vuelan. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,

y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Que tus siervos vean tu acción,

y sus hijos tu gloria. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,13-17)

En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta. Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»

Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.»

Se lo trajeron. Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?»

Le contestaron: «Del César.»

Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios, a Dios.»

Se quedaron admirados.

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