La homilía del obispo de Cartagena: "Dios ha pensado en vosotros para una vida grande y hermosa"

Catorce seminaristas recibieron el domingo, de manos de Mons. José Manuel Lorca Planes, el ministerio de acólito

Catorce seminaristas recibieron el domingo, de manos del obispo de Cartagena, el ministerio de acólito.

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

«Nada sucede por casualidad, estáis aquí porque Dios ha pensado en vosotros para una vida grande y hermosa, para servir a los hermanos y para que en el itinerario de formación sigáis los pasos de Jesús. Que nunca se os olvide que Dios es más grande que vosotros y os ha llamado para servir y hacerle presente cada día». Con estas palabras comenzaba ayer el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, la homilía en la celebración eucarística, en la catedral, en la que catorce seminaristas recibieron el acolitado.

Por este ministerio laical, los nuevos acólitos acogen el encargo de servir al altar, ayudando al sacerdote en la celebración de la Misa y también como ministros extraordinarios de la Comunión. «Olvidaos de vuestros intereses personales, de vuestros egoísmos, despojaos de todo eso y agarraos a Cristo, de verdad, sin disimulos, con coraje, mirando de frente y con la transparencia de una vida ordenada y limpia», les dijo Mons. Lorca.

En la celebración de ayer recibieron el ministerio de acólito Brian Palao Abellán, Eduardo Pérez Orenes, Vladimir Revutskyy, Francisco Saorín Guillamón, Manuel Navarro Cascales, Romeo Misaba Jean-Marcel, Joël Atakaly Aley-Mukwey, Aleksander Martínez Nowak, Salvador Alemán Ruiz y Antonio Sánchez Franco, del Seminario San Fulgencio; y Carlos Fabián Cabezas Pincheira, Pedro Fernández López, Pablo Martínez García y Francisco Armando Mercedes Pichardo, del Seminario Redemptoris Mater.

«Tenéis experiencia de que Jesucristo es la fuente de toda alegría, es vuestro modelo y lo tenéis delante de vuestros ojos, es imposible no responder a los retos que se os plantean, tanto en la pobreza, como en la cruz, dentro de la realidad interior de vuestros complejos, enfermedades, desilusiones o conflictos», destacó el obispo, que aprovechó también la ocasión para animar a quienes estén sintiendo la llamada a la vocación a no tener miedo y «responder al Señor con un sí generoso».

Temas relacionados