La oración del día: San Juan Bautista
Juan administró el bautismo a numerosos judíos, a quienes pretendía purificar y preparar para la inminente llegada del Mesías
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Hoy celebramos la Natividad de San Juan Bautista, Precursor del Señor. Después de la Virgen, es el único del que se celebra su nacimiento. Y es que, aunque fue concebido con pecado, al recibir la Visita de María, salta de gozo dentro de su madre, sintiendo la presencia de Cristo en el seno de María, quedando libre de la culpa de Adán.
Por eso es concebido con pecado, pero nace sin él. El evangelista San Lucas nos relata el inicio e infancia de San Juan Bautista. Juan hijo de Zacarías e Isabel, nace en Aim Karim, pueblecito de la montaña de Judá. Sus padres eran de edad avanzada y no tenían hijos. Pero un día que Zacarías, que era sacerdote, hace la ofrenda en el Ara del Templo, el Ángel le anuncia que su mujer concebirá.
Él no da crédito y se produce una señal: “¡Soy Gabriel! Enviado por Dios a anunciarte esta Buena Noticia. Pero como no has dado crédito, quedarás mudo hasta que se cumpla lo que te he dicho. Al salir a bendecir a la multitud que esperaba con tensión vieron al Sumo Sacerdote mudo y entendieron que le había hablado Dios por medio del Ángel. Cuando a Isabel se le cumplió el tiempo dio a luz un niño y a los ocho días, cuando tocaba circuncidarle según la Ley de Moisés, le iban a poner como a su padre, pero entonces interviene la madre: Se llamará Juan.
El padre lo asevera escribiendo en una tablilla el mismo nombre. Entonces se le salta la lengua y comienza a bendecir a Dios asï: Bendito sea el Señor Dios de Israel porque ha visitado y redimido a su pueblo. Es el Cántico denominado Benedictus. El niño, por su parte, crecía y se robustecía, marchando al desierto hasta que se presentó al pueblo.
Oración
Bendito San Juan Bautista, que fuiste elegido para anunciar a los hombres
la venida del reino de Cristo,
guía nuestros pasos por las sendas de la justicia y la paz,
y alcánzanos del Señor su misericordia y perdón.
Gloriosísimo San Juan Bautista,
precursor de mi Señor Jesucristo,
lucero hermoso del mejor sol,
trompeta del Cielo,
voz del verbo eterno,
consígueme del Señor su benevolencia y bendición.
Tú que eres el mayor de los santos
y alférez del Rey de la Gloria,
que eres más hijo de la gracia que de la naturaleza,
y por todas las razones
príncipe poderosísimo en el Cielo,
consígueme del Señor su clemencia y protección .
Glorioso San Juan Bautista,
hoy en mi desespero te ruego
que me ayudes en estos duros momentos,
necesito tu valioso auxilio
para solucionar mis penas y miserias,
media ante el Señor para que me conceda:
(decir lo que se necesita conseguir)
Te pido mártir invencible que no desoigas mis penas
y por los privilegios con que te enriqueció Dios
consigue que mi pedido sea concedido lo antes posible
si fuere conveniente para mi salvación;
y si no, una perfecta resignación,
con abundante gracia,
que haciéndome amigo de Dios,
me asegure las felicidades eternas de la Gloria.
Amén.