Alma de Cristo

El origen de esta conocida oración se remonta a la primera mitad del siglo XIV, y fue enriquecida con indulgencias por el Papa Juan XXII en el año 1330

Alma de Cristo

Redacción TRECE

Publicado el

1 min lectura

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.

Y mándame ir a Ti.

Para que con tus santos te alabe.

Por los siglos de los siglos. Amén