El Corazón de Jesús: El amor sin medida de Dios a los hombres

Toda celebración importante tiene sus momentos finales. En el caso de la Pascua, la Cincuentena Pascual cuenta con cincuenta días que culminan en Pentecostés. Pero las dos semanas siguientes, aún llevan una carga de Pascua. Es el caso de esta jornada en la que celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que representa el Amor de Dios al hombre, muchas veces no correspondido.

En el Evangelio Cristo llama a todos los que se encuentran cansados y agobiados porque Él es su alivio. Y en el momento de la Pasión, San Juan en el Evangelio señala que al traspasar la lanza de su costado manaron Sangre y Agua. Ya desde los tiempos inmemoriales, está la Devoción del pueblo fiel al Sagrado Corazón de Jesús. San Agustín de Hipona mostraba este amor.

Pero será a finales del siglo XVII, cuando el Señor se aparezca a Santa Margarita María de Alacoque, monja de Paray-Le-Monial, en Francia. En sus diálogos con la religiosa el Señor le muestra su Corazón rodeado de espinas. Ella, ayudada por su Director Espiritual, San Claudio de la Colombiere, difunde sus visiones donde el Señor le muestra su intercesión por los hombres ante el Padre y su ayuda a todo el que profese esta devoción. No faltará la ayuda espiritual y humana en el momento de morir a quienes le invoquen.

Clemente XIII aprueba en 1765 la devoción. Así, fueron pasando los tiempos hasta que el Beato Pío IX animó a profundizar en ella. En 1899 ,León XIII, consciente de las dificultades que presentaba la modernidad, urgió a profesar el Amor al Divino Corazón de Jesús. La Solemnidad queda instaurada el viernes siguiente a la festividad del Corpus Christi.