SANTORAL 9 OCT

San Juan Leonardi, farmacéutico de cuerpos...y de almas con el Evangelio

Juan estudió para ser boticario, pero Dios sumó a ese talento la vocación al sacerdocio. Así, Juan curó y evangelizó hasta ser santo. 

San Juan Leonardi, farmacéutico de cuerpos...y de almas con el Evangelio

Redacción Religión

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Dios cautiva de tal manera que lo que se hace cada día, por muy bueno que sea, no es nada en comparación con los valores sobrenaturales. Así le pasó al Santo de hoy, el italiano San Juan Leonardi. Nacido en Diécimo, Italia, el año 1541. Es un muchacho muy despierto y maduro. Es preciso organizarse bien la vida y prepararse. Elige la carrera de Farmacia para ejercer una profesión de mucho prestigio por entonces.

No se puede decir que el joven estudiante fuese un hombre alejado de la Fe. Ni mucho menos. De hecho, entra en contacto con un grupo de jóvenes muy fervorosos. Si tenía alguna dificultad para vivir su amor por Dios, ahora ya no le quedaba ninguna. El grupo se hace llamar “los colombinos”. Esta pequeña sociedad le ayuda a orar más. Hasta es un ambiente propicio para que Juan piense: "¿por qué no consagrado?" No duró mucho tiempo la idea en el pensamiento porque enseguida dejó a sus clientes para sanar los corazones desgarrados. No duró mucho como boticario.

Una vez encauzado hacia el sacerdocio, se ordena. En ese período, continúa en contacto con los colombinos, que son como su sustrato en el amor a Dios. En el cuidado de los demás ve que los hombres necesitan una fuerte preparación en el seguimiento al Señor. Entonces logra la aprobación de la Santa Sede de unos catecismos pequeños muy prácticos por entonces. En ese afán de curar almas y acogerlas, funda los Canónigos Regulares de la Madre de Dios.

Lo importante era que los fieles tuviesen una debida acogida espiritual. ¿Eso en qué consiste? En el acompañamiento, la obediencia y el Santo temor de Dios. También se une a otros religiosos, algunos españoles y con ellos da origen a Propaganda Fide. Esta obra es asumida por la Santa Sede para una mejora en la evangelización de los pueblos. Así estampa el testimonio de toda una vida pastoral entregado a todos en lo espiritual y lo humano. Muere en 1609.

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