San Lorenzo Justiniano, caritativo Patriarca de Venecia

Comenzamos la primera parte del Tiempo Ordinario, que se prolongará hasta el día 14 de febrero en que comenzaremos la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. En este Ciclo se vive la Santidad cotidiana mostrada en tantos hombres y mujeres que han alcanzado el premio de la Santidad. Por ejemplo, el Santo de este día. Porque hoy recordamos a San Lorenzo Justiniano, nacido en Venecia en el año 1381.

Su origen ilustre no es obstáculo para una vida sencilla, desde la educación cristiana que le proporciona su madre. En San Giorgio, llevará una vida eremítica, fundando, con otros clérigos, los Canónigos Seculares de San Jorge. A los veintiséis años se ordena sacerdote, periodo que vive al más puro estilo de las órdenes mendicantes -dominicos y franciscanos-, predicando y pidiendo por todas las aldeas donde iba.

Posteriormente, sería Prior del Convento de San Agustín. Pero el plan de Dios no termina ahí, porque pronto sería designado por la Providencia Obispo de Castello. Su espiritualidad y sapiencia llegan a oídos del Papa Nicolás V que le nombra Patriarca de Venecia, Cátedra ocupada, en otros tiempos más cercanos a nosotros, por San Pío X y San Juan XXIII. Sin embargo, como el discípulo no puede ser menos que el Maestro, sufre muchos desprecios y críticas en su vida ministerial.

Es la prueba de la Cruz, que le fortalece en estas circunstancias. Y es que, a pesar de todo, él se mantuvo fiel hasta el final con su espíritu de oración y entrega. Su espirítu de oración siempre destacó. De aquí surge su gran caridad a los que se veían necesitados de la acogida y la comprensión. San Lorenzo Justiniani muere también en Venecia, la misma tierra que le vio nacer y pastorear, en el año 1456.