San Raimundo de Fitero, fundador de la orden de Calatrava

Redacción Religión

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Hay muchas formas de compaginar la Fe con al vida para impregnar de Dios las cosas de la tierra desde un plano espiritual. Hoy celebramos a San Raimundo de Fitero, que unió lo divino y lo humano en la obra que llevó a cabo. De nombre Raimundo Sierra, su nacimiento se sitúa entre Francia, Aragón o Barcelona, en torno al siglo XII. Fue canónigo de Tarazona, tal y como atestigua el primer Obispo de esta Diócesis, Don Miguel.

Desde aquí pasa a ser monje del Monasterio de Nuestra Señora de Scala Dei en Gascuña. Después sería Prior del Monasterio que fundaría Don Bernardo en España. Tras el asentamiento de los monjes en Yerga, con el permiso de Alfonso VII, todos verán al santo lleno de sencillez y humildad. Así le designarán Abad del Monasterio, participando en el Capítulo General del Cister. Este contó con la presencia del Romano Pontífice Eugenio III, también de la Orden Cisterciense.

Raimundo trasladó ese mismo año el monasterio al mejor sitio de Castejón, recibió la donación real del castillo de Tulungen y, en la heredad donada por Don Pedro Tizón y su esposa Doña Toda, fundó en 1150 el legendario Convento de Santa María de Fitero. De allí nuevamente será elegido primer abad. Cuando los cristianos de Calatrava corren peligro por la invasión musulmana, el rey muestra su preocupación.

Entonces les pide a él y su amigo monje, Diego de Velázquez, defender la plaza y cuando la conquistan. Allí funda la Orden de Calatrava con el carisma de unos monjes mitas religiosos, mitad soldados. Así se podía asegurar la estabilidad de ese lugar. Sin embargo, sus ojos no verán en esta vida la aprobación de dicha obra, por el Papa Alejandro III. San Raimundo de Fitero muere en el año 1163.

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