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Dios siempre predica con el Ejemplo y ya dice que si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda infecundo. Hoy es Viernes Santo, jornada en la que la Iglesia contempla al que pende del Madero: Al Señor condenado y muerto en la Cruz por la Salvación de todos los hombres. “Mirarán al que atravesaron”. “Cuando levantéis al Hijo del Hombre sobre el patíbulo de la Cruz, sabréis que Yo Soy”. Son algunas de las palabras que dijo el Señor a las autoridades del Pueblo.
¡Oh Cruz fiel! ¡Árbol único en nobleza!¡Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto! Los cielos se estremecen al ver morir a su Creador. Siguiendo una antiquísima tradición, no hay Santa Misa, puesto que el triunfo definitivo sobre el pecado y la muerte, se completan con la Resurrección. La conmemoración de la Muerte de Cristo se hace con los Santos Oficios que se inicia con la Liturgia de la Palabra,.
Aquí cobra especial relevancia la lectura de la Pasión según san Juan. En él se abarca desde el Huerto, la Prisión, el juicio, la condenación, la entrega a Pilato, la sentencia condenatoria, el Calvario, la Muerte y el Sepulcro donde es depositado el Cuerpo del Señor. Posteriormente se hace la Oración Universal que suple a la Oración de los fieles, donde se pide por el Papa, Obispos, sacerdotes, así como por los creyentes de otras religiones y por cuantos no creen.
Seguidamente tiene lugar la Adoración del Árbol de la Cruz donde estuvo clavada la Salvación del mundo, para terminar con el Rito de la Comunión, donde los fieles comulgan de la reserva del Jueves Santo, al no haber Eucaristía. Este día es una jornada para recordar los Santos Lugares, con la Colecta por Tierra Santa con el Lema “Llevamos el corazón solidario de la Iglesia”. Esta Colecta es de carácter Pontificio.