San Dámaso, Papa

Detrás de la fortaleza de un hombre Santo hay otros que también se han dejado llevar por la Santidad de vida. Hoy celebramos al Papa San Dámaso. Tuvo parte en muchas de las realidades espirituales y pastorales de entonces. De origen lusitano-español, nace hacia el año 305, en los últimos momentos de la persecución a los cristianos por parte de la Autoridad Imperial. 

Crece en Roma, prestando sus servicios en la Iglesia de San Lorenzo, mártir. Fue elegido Pontífice en el 366. Sufrió muchos contratiempos cuando ascendió a la Silla de Pedro, con no pocas persecuciones y graves calumnias. Su Papado supuso una celosa defensa de la Fe, frente a las herejías y errores que acechaban a la Iglesia. 

Es el caso del Apolinarismo, doctrina extendida por Apolinar de Laodicea quien, reaccionando contra el arrianismo -que negaba la Divinidad de Jesús-, proclamó que Cristo no tenía naturaleza humana. Por entonces también surge el macedonianismo, que negaba la divinidad del Espíritu Santo. Las dos desviaciones serán condenadas por Dámaso en el Concilio de Constantinopla. 

Por otro lado, apoya a San Jerónimo en su deseo de traducir las Sagradas Escrituras al latín, estimulando también a Oriente en su lucha contra el arrianismo, que tanto daño hacía. Otro elemento importante fue el impulso que dio desde la unidad a la Iglesia de Occidente, evitando cualquier ruptura o cisma. 

Fue un gran promotor del culto a los mártires de los primitivos tiempos, restaurando sus sepulcros que adornó con sus propios versos, y levantando templos en su honor. De hecho son verdaderas oraciones los epitafios que manda colocar. Tras una vida de verdadera entrega pastoral el Papa San Dámaso muere en el año 384.