SANTORAL

San Edmundo

Comentado por Jesús Luis Sacristán 

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

1 min lectura

La gran victoria de las personas unidos a Cristo es descubrir la presencia del Señor en cada circunstancia y labor que les toque desempeñar. Hoy es la memoria de San Edmundo. Siempre estuvo al servicio de la Fe en todo lo que le tocaba hacer. Por eso dio la vida con su sangre por el Reino de los Cielos. 

Nacido el año 841, accede al trono de Estanglia cuando el rey Offa, abdica en él para dedicarse los últimos momentos de su vida a la oración y a la austeridad penitencial. La ceremonia de entronización será en la Navidad del 855, presidiéndola Huberto, Obispo de Elman. Pronto muestra una sensatez que supera a la madurez de su edad prematura. 

De ella deriva su sencillez, huyendo de lujos, y su deseo de acercarse a los necesitados, así como la manera de enfrentarse a los problemas desde la Fe. La justicia y la igualdad estuvieron siempre en su corazón y en su forma de proceder. Las Bienaventuranzas son su proyecto de vida. Las propias actas de su trayectoria lo cuentan. 

Edmundo daba unas muestras de ser alguien preparado para servir la causa del Evangelio sin miedo a esconderse. Pero llega la prueba. Unos piratas daneses invaden los dominios de este monarca arrasando con todo lo que encuentran a su paso, especialmente lo que tenga o lleve nombre de cristiano. 

Edmundo se prepara para la defensa, pero como no quiere derramamiento inútil de sangre, por parte de los suyos, opta por esconderse, hasta que, descubierto, es asaeteado como San Sebastián y degollado, finalmente. Cuando sus vasallos buscan la cabeza del Santo mártir sin resultado para sepultarla con el cuerpo, la hallan milagrosamente en un letrero donde dice “aquí”.

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