EL SANTORAL DEL DÍA

San Nicolás de Tolentino, presbítero, primer santo de la Orden de San Agustín

Comentado por Jesús Luis Sacristán

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Iglesia cuenta con una innumerable multitud de Santos, procedentes de los distintos carismas y caminos que Dios ha designado para que el hombre alcance la Salvación. Hoy celebramos a San Nicolás de Tolentino. Su carisma fue el de San Agustín. Además fue el primer Santo de la Orden. Nace en 1245 en Fermo (Italia), junto al Monasterio Agustino de Tolentino, al que perteneció, durante la mayor parte de su vida. 

Fueron sus padres quienes, en agradecimiento por el nacimiento de este hijo, ya que hasta ese momento no habían tenido descendencia, le pusieron de nombre Nicolás, en honor al Santo de Bari, al que tenían una profunda devoción. 

Ordenado sacerdote, siempre fue un gran confesor de almas y asistente espiritual de cuantos acudían hasta él, imponiéndoles penitencias llevaderas, para ayudarles a comprender el yugo suave de Cristo, fácilmente de cargar. 

Entregado él también al sacrificio, daba a los pobres las mejores limosnas que recibía. En los momentos finales de su estancia en esta vida, se incrementó la enfermedad que le hizo ir con muletas y ayudado por un hermano que siempre le acompañaba. No por eso, dejó de obrar milagros, dada su confianza en la Providencia Divina que le hizo ver con antelación el momento de la partida hacia la Casa del Padre, en la Morada Eterna. 

El hecho tuvo lugar en 1305, después de ser confortado con el Santo Viático. Si por algo se caracterizó sobremanera, fue por un amor extremo a la Eucaristía. Su popularidad se ha extendido por todo el territorio italiano. Cuenta la tradición que de los brazos de su cuerpo incorrupto y expuesto 40 años después de su muerte, se produjo un derramamiento de sangre, hecho que se toma como signo de santidad.

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