La Natividad de la Virgen, Madre de Jesús y nuestra

Hoy la Iglesia celebra la Natividad de la Virgen. El 8 de septiembre no es una fecha elegida al azar. Si echamos la mirada atrás, nueve meses antes, es la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, que celebramos el 8 de diciembre. La Sagrada Escritura no recoge el nacimiento de la Madre del Salvador, pero sí la Tradición.

Era el calendario bizantino el que puso esta fecha para volver a la relevancia de la figura de María, que nace en los preámbulos del Nacimiento de su Hijo, el fruto bendito de su vientre. Una vez cerradas las festividades de María con la Dormición en el mes de agosto, se iniciaba un nuevo ciclo mariano con el 8 de septiembre.

Algunos señalan Nazareth como la cuna de María. No faltan quienes proponen que su origen está, como el de San José, en Belén. No obstante, en Nazareth se encuentran los restos arqueológicos de una antigua casa que apunta a que pudiera ser la de la Virgen. Según algunos escritos de tradición apócrifa, los padres de la Virgen se llamaron san Joaquín y santa Ana.

Los Padres de la Iglesia, como San Juan Crisóstomo, hablan de ese vínculo gozoso entre el Nacimiento de la Virgen y el de su Hijo en Belén. El feliz alumbramiento de Ana pone de relieve a María. Esa joven María a la que saluda el Arcángel San Gabriel como la Llena de Gracia y la que será cubierta con la sombra del Espíritu Santo.

Muchos son los pueblos y municipios que viven este día en buena parte de España. Nombran a la Virgen con diversos títulos y Advocaciones para honrar ese Misterio concreto de la Virgen, nuestra Madre.