SANTORAL 28 SEPT
San Wenceslao, un rey con corona de mártir
Wenceslao aprende de su padre el honor, mientras que su madre tiene fama de conspiradora. Cuando Wenceslao es elegido rey, su hermano Boelao lo asesina.
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Una de los mayores contrastes que se dan en la vida es que Dios coge al humilde. Al que no cuenta para anular al que cuenta. Es el caso de San Wenceslao, fiesta que celebramos en este día. Es de familia noble y real. Su padre Wratislao es un rey Santo varón. De él aprende Wenceslao el amor a Dios y ese temor capaz de hacer siempre su voluntad.
Pero siempre queda la contradicción, la señal de la Cruz que acompaña a todo cristiano. La Cruz no la da nunca alguien lejano a nosotros sino nuestro propio prójimo. Y en el caso de Wenceslao, su madre era esa mujer de grandes intrigas, conspiradora e instigadora de crímenes y malas acciones. Esto no cayó en saco roto en el corazón del rey, que desde niño sufrió una educación contradictoria.
Su padre le enseña a a ser bueno y su madre le inculcaba las mayores astucias. Pero el heredero siguió las sendas de su padre. Incluso esas tensiones repercutían en el panorama político y religioso del reino. Era un verdadero calvario. La situación no pintaba bien con las intrigas palaciegas. La Providencia quiso que su abuela Ludmila se encargase de educarle. Era una mujer temerosa de Dios.
La madre estaba de parte de su hijo Boleslao, hermano en la sangre de Wenceslao, pero de otra forma de ser y con odio en su corazón. Cuando la madre, como regente del reino, no se encuentra capaz de seguir gobernando, Wenceslao asume el gobierno por ley. Este período será un momento de benevolencia y de verdadera justicia. La gente está contenta con el monarca. No el hermano que sigue teniendo esa perversión de corazón heredada de la madre. De nuevo se recrea el Pasaje de Caín y Abel. Boleslao contrata a unos sicarios para que maten a su hermano. Wenceslao muere mártir por Cristo.