SANTORAL 7 OCT

Virgen del Rosario: la sencillez y la fuerza de María, con los cristianos

El Rosario se construye desde el Ave María. Tal y como lo conocemos, es un homenaje a la Virgen y una petición de intercesión. Como ocurrió en Lepanto.  

Virgen del Rosario: la sencillez y la fuerza de María, con los cristianos

Redacción Religión

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Entramos en el primer domingo del mes de octubre y lo hacemos con una Fiesta de corte mariano como es Nuestra Señor la Virgen del Rosario. El Rosario es, como dice su nombre, una rosa hecha de "Ave Marías" que se entrega a la Virgen. Hablar de los inicios de esta oración tan sencilla nos lleva hasta el Nuevo Testamento.  El momento concretó es la Anunciación. El Arcángel San Gabriel saluda a la Virgen y lo hace con un “Alégrate Llena de Gracia”. Pero esto no queda así. La Virgen aún recibiría más homenajes de palabra.

Isabel, la Madre de Juan el Bautista, recibe a María con alegría. Ella es quien le llama "bendita entre todas las mujeres como bendito es el fruto de su vientre, Jesús". Esta es la primera parte del Avemaría, que la Iglesia se encarga de completar con el "Madre de Dios ruega por nosotros pecadores".

Esto se ha aprendido en el hogar, en la escuela, y, sobre todo en las familias. Una familia cercana a esta oración es la de Santo Domingo de Guzmán, que le enseñó a su hijo a repetir esta oración. Dice la historia que el fundador de los dominicos es el introductor del Rosario. Había que difundir al Fe desde al orden de Predicadores y una Madre debe ayudar. Esto es lo que debe hacer María y, para ello, hay que pedírselo. El Rosario empieza a tomar forma cuando se deciden unir hasta 50 Avemarías, distribuidas en 5 Misterios, que llegan a 15 porque tiene tres partes.

La Primera parte habla de la Infancia de Cristo con la Anunciación, la Visitación de la Virgen, la Natividad, la Presentación y el Niño perdido y hallado en el Templo. La Segunda Parte abarca los Misterios Dolorosos que abarcan, la Oración del Huerto, la Flagelación, la Coronación de espinas, la Cruz a Cuestas y la Crucifixión y Muerte en la Cruz. La Tercera Parte comprende los Misterios Gloriosos con la Resurrección, La Ascensión, el Envío del Espíritu Santo, la Asunción y la Realeza de María. Esto se ha ido transmitiendo hasta llegar a nuestros días.

Pero en el siglo XVI tiene lugar la famosa Batalla de Lepanto, donde los cristianos luchan y vencen a los turcos. San Pío V, el Papa en ese momento, es gran devoto del Rosario.  Como Jefe de la Iglesia, ruega a los cristianos que recen el Rosario pidiendo a la Virgen la victoria en la lucha. Como lo logran, instaura el 7 de octubre en honor de la Virgen del Rosario. Pero hay algo más. San Juan Pablo II añadió otra parte con los Misterios de la Luz,  que recogen el Bautismo en el Jordán, las Bodas de Caná, La Predicación y la Conversión, la Transfiguración y la Institución de la Eucaristía.

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