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¿Una cura milagrosa?

¿Una cura milagrosa?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

En Hasselt (Bélgica), el gasto público se cuadriplicó en 16 años

En marzo de 2020, Luxemburgo se convirtió en el primer país en introducir lo que se conoce como transporte público universal sin tarifa (FFPT), para todos los modos de transporte (tren, tranvía y autobús), todo el territorio y todos los usuarios (residentes, trabajadores transfronterizos y turistas). Aunque es pronto para evaluar el impacto de esta medida, el tranvía, el único modo que permite en la actualidad un registro digital de pasajeros, ha pasado de 32.000 a 55.000 usuarios al día. Los ingresos anuales por la venta de billetes representaban el 8% del total (41 millones de euros de un total de 500 millones). Esta pérdida de ingresos se ha tenido en cuenta en el presupuesto nacional y, como ocurre con otros servicios públicos, se financia con impuestos generales.

Hasselt (Bélgica)

Casos crecientes

El número de ciudades que está adoptando esta medida está en aumento, según Wojciech Keblowski, Investigador en Planificación Urbana de la Universidad Libre de Bruselas: “En 1980, solo había seis. En el año 2000, el número había aumentado a 56. Hoy en día, existe en al menos 115 ciudades y pueblos de todo el mundo”.

Europa concentra la mayoría de los casos mundiales, con un total de 56 casos, siendo Polonia (21) o Francia (20), los países que encabezan esta lista. Pero, no todas las ciudades han implantado este sistema por los mismos motivos. Por ejemplo, Avesta, en Suecia, o Belchatów, en Polonia, pretenden reducir el uso del automóvil. Praga, en República Checa, lo implanta puntualmente cuando hay picos de contaminación. Lubin (Polonia) y las ciudades francesas de Colomiers y Compiègne quieren promover la inclusión social de los más desfavorecidos (desempleados o personas con bajos ingresos).

Dunkerque (Francia)

El ejemplo español lo tenemos en Ontinyent (Valencia), con autobús gratuito desde enero de 2020. Su objetivo: lograr un aumento de usuarios (ver recuadro). Igual que la ciudad francesa de Dunkerque, con autobús gratuito desde 2018. El primer año logró aumentar el número de usuarios un 85%.

Alto coste

Tallin, la capital de Estonia, con 400.000 habitantes, es la ciudad más grande que actualmente tiene transporte público gratuito. Está implantado desde 2013 y beneficia exclusivamente a los residentes. Precisamente es así como financia el tercio de los ingresos que antes obtenía con la venta de billetes: la ciudad recibe 1.000 euros por cada ciudadano empadronado (actualmente hay 25.000 residentes nuevos).

Solo hay que pagar 2 euros por una tarjeta inteligente con la que se puede viajar por toda la ciudad.

Tallin (Estonia)

Un informe de la Oficina Nacional de Auditoria, para analizar la efectividad de esta medida, concluye, sin embargo, que, a pesar de haber aumentado el uso del transporte público, no se ha conseguido reducir el uso del automóvil. Janar Holm, auditor general, opina que “el transporte público no ha resultado suficientemente atractivo para las personas y puede resultar inconveniente y consumir mucho tiempo”. Se ha producido, además, una circunstancia no deseada, y es que usuarios que antes iban a pie o en bici, ahora lo hacen en transporte público. Además, el gasto público se ha incrementado (en 2017 costaba 22 millones y en 2019 pasó a 43 millones).

¿Medida efectiva?

Una financiación insostenible fue la razón por la que la ciudad belga de Hasselt abandonara este sistema en 2014, después de 16 años funcionando. En ese tiempo, se cuadriplicó el coste del servicio. No parece que por sí sola esta medida sea una receta milagrosa. “También se necesita un sistema de transporte público que funcione bien”, afirma John Hultén, director del Centro Nacional de Conocimiento para el Transporte Público de Suecia que ha realizado un informe sobre su viabilidad. John Hultén, considera que la forma en que se financia la medida es de gran importancia. En su opinión "debería repercutir sobre la movilidad en automóvil, a través de impuestos o tarifas que afecten al tráfico de estos vehículos, en lugar de reducir los fondos disponibles para mantenimiento o desarrollo del transporte público". Para Hultén “está claro que el transporte público gratuito no puede por sí solo lograr los objetivos de un sistema más sostenible. Pero será emocionante seguir las experiencias de soluciones gratuitas que se están introduciendo ahora en Luxemburgo”.

Ontinyent es una localidad valenciana, con algo más de 35.000 habitantes, que desde enero de 2020 implantó la gratuidad en el servicio de autobuses urbanos de la ciudad. A pesar de la irrupción de la pandemia, las restricciones a la movilidad y el temor al contagio, el número de viajes anuales realizados pasó de unos 34.000 a 95.000. La concejala de Transportes de la localidad valenciana, Inma Ibáñez, espera que este año supere los 110.000.

La ciudad francesa de Dunkerque tiene autobús gratis desde 2018. Entre septiembre de 2018 y agosto de 2019, el número de pasajeros de transporte público aumentó un 85%. Antes de su implantación, los ingresos por el cobro de billetes representaban el 9–10% del total. Este déficit se ha cubierto con el aumento de un impuesto a empresarios con más de 11 trabajadores a su cargo. Ahora mismo este impuesto contribuye al 70% de la financiación del sistema gratuito, el 30% restante lo aporta la autoridad municipal.

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