Los peligros de imponer líneas entre buenos y malos tras la 'Cumbre de la Democracia' de Biden
Bieito Rubido y Guillermo del Valle han analizado la 'Cumbre de la Democracia' convocada por Biden, en la que solo participaron 110 países
Madrid - Publicado el - Actualizado
8 min lectura
La primera Cumbre de la Democracia convocada por Biden ha marcado la actualidad de la crónica internacional en las últimas jornadas, pero más por su configuración que por las propias conclusiones a las que se han llegado en este encuentro virtual.
El punto más cuestionado ha sido el relacionado con los 'invitados' a esta cita creada por Washington, ya que solo 110 países han sido los elegidos por el presidente demócrata para acudir a esta cumbre. Fuera han quedado países como China y Rusia, países con los que la Administración Biden comparte un clima de cierta tensión en el panorama internacional.
Incluso, la lista de Biden ha despertado las críticas de ciertos países que sí han intervenido en esta jornadas. El presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha defendido a Bolivia, país que según Washington no tenía que estar en esta Cumbre sobre la democracia. Otros excluidos del continente americano han sido Cuba, Guatemala, Honduras, Nicaragua o El Salvador.
La criba de Biden a la hora de decidir los países que, a su juicio, son favorables para defender los valores democráticos ha despertado cierta crispación en el panorama internacional, porque esta cumbre ha sido entendida por muchos como la manera que tiene Washington para determinar quiénes son los buenos y quienes son los malos, abriendo una especie de guerra fría en la que los intereses comerciales y políticos de Estados Unidos marcan el ritmo de la geopolítica a nivel mundial.
Durante las sesiones virtuales se han tratado asuntos como los derechos de las mujeres y la infancia en el mundo, cuestiones que son vitales en muchos de los países que no ha recibido invitación a la cita, y que necesitarían cierto acompañamiento para consolidar los valores democráticos en sus territorios, aunque cada pueblo tiene el derecho a elegir su camino.
Esta sábado en 'Código Samboal', Bieito Rubido, director de 'El Debate' y Guillermo del Valle, director de 'eljacobino.es', han analizado la cita, repasando que se esconde para ellos detrás de esta convocatoria y también haciendo una perspectiva histórica sobre la relación de Estados Unidos con la democracia".
Sobre el motivo que ha llevado a Estados Unidos a convocar esta cita, ambos coinciden en que detrás se encuentra un motivo propagandístico, en la intención de Estados Unidos de posicionarse a nivel internacional por delante de otras potencias como China o Rusia. "Creo que forma parte de una estrategia de marketing. No le veo la convicción clásica que podría tener antiguamente participar en la primera o segunda Guerra Mundial o la defensa de aquellos valores de la democracia liberal que hizo Hollywood después de la II Guerra Mundial hasta la década de los ochenta. Pienso que América no tiene que ver con nada de eso. América es un país muy libre, pero ahora mismo Biden no es una referencia para las democracias", ha señalado Bieito Rubido.
"Es un ejercicio propagandístico como otro cualquiera, en la geopolítica siempre han primado los intereses por una hegemonía. Ahora mismo estamos en una segunda guerra fría. Estados Unidos y China están luchando por una hegemonía mundial, ya no estamos en el mundo unipolar que se quedó después de la caída de la Unión Soviética", ha reiterado Guillermo del Valle, defendiendo la idea de que el principal motivo de esta convocatoria es llamar la atención del mundo por parte de Estados Unidos.
Los riegos de imponer líneas entre 'buenos y malos'
Estados Unidos ha dejado fuera a muchos países, algunos con una clara necesidad por conseguir apoyo para consolidar valores democráticos en sus pueblos. En este sentido, Del valle ha subrayado los peligros que aparecen cuando se producen este tipo de distinciones: "Es muy peligroso hacer líneas divisorias entre buenos y malos porque Estados Unidos también tiene relaciones comerciales con teocracias tan dantescas como Arabia Saudí. Por ejemplo, en el conflicto geopolítico entre España y Marruecos no somos nosotros los que recibimos el apoyo de Washington, ya que su socio preferencial en la zona es Marruecos".
Haciendo un paralelismo, Bieito Rubido ha comparado esta cita con la 'Alianza de Civilizaciones', propuesta por José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 para combatir el terrorismo internacional: "Es un caso parecido al de la 'Alianzas de Civilizaciones' de Zapatero. En realidad detrás hay mera publicidad. A mí me gustaría que detrás hubiese un acompañamiento de algún tipo de acciones.
La complejidad detrás de la democracia
Tras la celebración de estas jornadas se ha producido una sensación agridulce respecto a las conclusiones, que no han quedado muy claras, aún más cuando se ha convocado una nueva cumbre sobre este asunto el próximo año, ya presencialmente.
En este punto del análisis, Bieito Rubido ha querido dejar clara la complejidad que supone hablar de democracia: "Una estrategia para implantar la democracia es muy compleja. Se tiene que hacer a lo largo de mucho tiempo y con mucha ayuda. A esto también hay que unirle la memoria histórica, ya que muchas veces en los territorios que Estados Unidos intentó implantar una democracia fracaso. Hay están los casos de Afganistán y de Irak".
A raíz de esta reflexión, Del Valle también ha recordado el pasado de Estados Unidos, que en algunas ocasiones se ha distanciado de los valores democráticos: "El pasado de Estados Unidos no es solo ese país intervencionista para salvar el mundo de los totalitarismos. También cuando tuvo que hacer un patio trasero de dictaduras cruentas y represivas, vulnerando fragantemente derechos humanos, lo hizo. De eso también trata la geopolítica".
"Es muy complicado definir la democracia. Yo no tengo claro que el listado de países convocados sean ejemplos. También Estados Unidos ha realizado movimientos en política exterior fracasados e incluso muy poco dirigidos a tutelar la democracia a veces, imponiendo gobiernos cuestionados con el fin de salvaguardar sus intereses políticos y económicos. Lo hicieron por ejemplo en el Cono Sur. La CIA tiene un historial de golpes de estado detrás y de injerencias tremendas", ha justificado el director de 'Eljacobino.es'
La libertad de cada pueblo para elegir su camino
A lo largo de la historia se han producido diversos casos en los que la presencia de Estados Unidos en un determinado territorio no ha servido para conducir a su sociedad hacia la democracia. En este punto juega un papel fundamental el principio de que cada pueblo tiene que tener sus propios tiempos para llegar a la democracia. El último caso ha sido la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán el pasado verano o la primavera árabe de Obama.
En este punto, Bieito Rubido ha destacado la importancia de no marcar los tiempos. Lo importante es acompañar a un determinado pueblo en su camino: "Cada vez que Estados Unidos ha intentado, en los últimos 20 años, forzar situaciones en determinados países se le ha ido la mano. Después de la II Guerra Mundial hace el Plan Marshall en Europa y ayudan a muchos países a que se cultiven los valores democráticos, pero en países en los que ya existía una cierta vocación. Sin embargo, en los últimos años tenemos ejemplos como Cuba, donde Obama abrió la vía que luego fue cerrada por Trump. Al final en Cuba no sirvió para nada. El asunto es complejo, no obstante en esta especie de segunda guerra fría, más comercial que ideológica. China lo que quiere es tener éxitos económicos y comerciales, independientemente de la ideología".
Los retos de Europa y su actual papel geopolítico
En este contexto histórico es importante analizar el papel de Europa. Tanto para Rubido como para Del Valle, la Unión Europa está un paso por detrás a la hora de intervenir en este tipo de debates y cuestiones geopolíticas. "Somos unos actores secundarios totalmente. La diplomacia europea es un auténtico desastre", ha señalado el director de 'El Debate'.
En este punto, Del Valle ha puesto como ejemplo la reciente crisis diplomática vivida entre España y Marruecos, señalando que nuestro país no ha recibido el apoyo suficiente y que tendría que ser dado por una institución comunitaria: "La Unión Europea es un actor subalterno. Es hasta esperable porque Europa no tiene una posición diplomática y geopolítica clara y establecida. El último ejemplo lo hemos visto en el conflicto entre España y Marruecos. Nuestro país, miembro de la Unión Europea, no ha recibido el apoyo necesario. También en Bruselas hay tensiones, hay una brecha norte-sur. Es una unión monetaria, de libre circulación, sin embargo, ha faltado pasar a la integridad política, social y fiscal".
En cuanto al debate sobre los valores impuestos en occidente por la cultura europea, Rubido sí que ha defendido su éxito, aunque ha lamentado el déficit de liderazgo en la Europa actual: "Como proyecto de ciudadanía es un proyecto de éxito, lo que creo es que falta liderazgo, el último gran líder en Europa ha sido Merkel, ya veremos si su sustituto tiene esa capacidad".
De cara al futuro, tanto Bieito Rubido como Guillermo del Valle coinciden en la necesidad de que Europa coja un mayor peso en el panorama internacional, con el fin de tener voz propia y poder tomar decisiones autónomas, más allá de lo que piensen otras potencias como Estados Unidos o China.
"La Unión Europea tiene un gran reto: ver si en esta especie de Guerra Fría de la que estamos hablando se queda atrás o adquiere un papel autónomo, no subalterno de nadie. Para eso tiene que cambiar muchas cosas. Yo comparto que hay determinados valores, pero se han cometido muchos errores: desde la política de austeridad hasta la configuración del Euro. La Unión Europea se está quedando como un enano geopolítico entre los dos gigantes", ha defendido del Valle
Por último, Bieto Rubido ha señalado que echa de menos una postura común de todos los países miembros frente asuntos como la situación en países como Venezuela o Cuba: "No tenemos una postura común en asuntos como la situación en Venezuela, Cuba e incluso Marruecos. No hay una política exterior europea. Mientras, Estados Unidos ya empezó hace muchos años a mirar al pacífico y lo que le interesa es Asia. El siglo XXI es el siglo de Asia".