Juan Fernández-Miranda: "La Transición es lo mejor que le ha pasado a España en los últimos 200 años"

El autor de 'Objetivo: Democracia', galardonado con un Premio Espasa 2024, presenta su último libro en el que relata los diecinueve meses que cambiaron la historia de España

Redacción TRECE

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Es falso que a Juan Carlos I le colocara Franco. Así de rotundo se expresa Juan Fernández Miranda, autor de "Objetivo: Democracia", la obra que, este año, ha obtenido el Premio Espasa de Ensayo. El periodista piensa que ese mantra es una simplificación de aquellos que pretenden demonizar la Transición. A Juan Carlos I le envía su padre a España para recuperar, ya entonces, en los años 40 -remarca-, una monarquía democrática: "Franco utiliza al hijo contra el padre, le nombra Príncipe de España, un título que no existe y heredero a título de rey. Pero es don Juan quien envía a su hijo con once años. Y eso hay que reconocérselo al padre y al niño". Los errores que estamos conociendo ahora -dice el subdirector de ABC- "no pueden ser el argumento para anular una obra política, lo mejor que le ha pasado a España en los últimos 200 años. Hay que reconocer y reivindicar a ese rey, el gran estadista. Los 19 meses en los que se desmonta el régimen franquista son de generosidad de izquierda, derecha, de toda la sociedad española, son de brillantez; de fortuna para todos porque, por primera vez en la histórica, las elites políticas llevan a los ciudadanos hacia la moderación, no hacia la distancia".

Los diecinueve meses que cambiaron la historia de España

En El Cascabel Edición Domingo, el subdirector de ABC identifica al rey con el hombre que señala la estación de destino, a Torcuato Fernández Miranda como el ingeniero que diseñó las vías y la locomotora y a Adolfo Suárez como el conductor del tren. Fueron tres hombres que se complementaron a la perfección.

Para Juan Carlos I, "era esencial contar con una persona como Torcuato. El rey le insistió mucho para que fuera presidente del Gobierno. Incluso, cuando ya había introducido cambios en la forma de trabajo de las Cortes franquistas. Y él volvió a rechazarlo porque no quería ser el valido. Era mucho más difícil encontrar a otra persona para colocarla al frente de las Cortes que para llevar el gobierno". En su libro, Fernández Miranda recuerda que su tío abuelo era el que conocía bien las leyes franquistas y por esa razón podía desmontarlas. También conocía bien a los líderes del franquismo y por eso podía convencerlos. "Torcuato era una persona excepcional para un tiempo excepcional. Su vida le lleva al punto en que la Transición coincide con su evolución vital, con su faceta como catedrático, con su conocimiento del Derecho y su perfil político, conocedor del entramado y los miembros del franquismo. Eso lo puso al servicio del rey y diseñó la obra jurídica y política más importante, que es la Ley para la Reforma Política. Es una ley que deroga todas las anteriores y convoca elecciones".

El gobierno Suárez -explica Fernández Miranda a Ana Samboal- no encontraba la fórmula para hacerlo. Fraga, vicepresidente de Asuntos Políticos y ministro de Gobernación en el primer gobierno del rey, quería ir a la democracia paso a paso, aprobando primero la ley de reunión, posteriormente la de manifestación, después la de asociaciones... "Y, a la cuarta, el búnker dijo que se acabó. ¿Qué había que hacer primero? ¿Convocar elecciones o hacer una Constitución o ir a un referéndum? En ese lío el gobierno estaba atascado. Torcuato se fue un fin de semana en coche con su mujer a Navacerrada, donde tenían una casa. Y en una Hermés, una máquina de escribir, redactó la Ley para la Reforma Política, que es uno de los hitos de la democracia. La que luego los procuradores franquistas, en un pleno, un único pleno, votaron, disolviendo el franquismo. Torcuato hizo una única ley, una única votación. Él y Adolfo Suárez hablaron uno a uno con todos los procuradores para explicarles que era el momento de dar el paso hacia la democracia, que esa era la vía y que España no podía permanecer en un franquismo sin Franco".

Fernández Miranda se muestra partidario de ejercer un activismo democrático. Hay dos generaciones que han nacido en democracia, "debemos valorar lo que tenemos, no podemos dejar ese relato a los que quieren desmontar la Transición".