La noticia de Jiménez: "En Andalucía están pagando los platos rotos por la señora Díaz y la señora Montero"

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Ya sabemos para qué ha servido que Sánchez se reuniera hoy con Casado y Arrimadas: para absolutamente nada. Mientras Sánchez hablaba con Casado y después con Arrimadas, su portavoz en el Congreso, que es la que va a llevar el resto de las negociaciones con los portavoces parlamentarios, admitía abiertamente, con un desahogo descomunal, que bueno, que en ningún caso Sánchez y el PSOE van a renunciar al Plan A. Que esto del Plan B (o sea, llegar a un acuerdo con los constitucionalistas) está totalmente descartado.

¿Para qué narices se ha reunido entonces con Casado y con Arrimadas? Hombre, sí, ya sabemos por qué se ha reunido. Para pedirles que se abstengan y que permitan que el señor Sánchez gobierne con el señor Iglesias y con el apoyo de los separatistas. O sea, pero vamos a ver, ¿de qué broma estamos hablando?

O sea, usted se abstiene para que yo pueda gobernar y hacer las políticas de izquierdas o con los independentistas y con los populistas de Podemos y usted me ayuda encima. Hombre, por favor, un poco de seriedad. Bueno, el caso es que Casado le ha dicho que nones y Arrimadas ha insistido en la historia de los 221. Ese plan constitucionalista descartado queda, porque Sánchez nunca pensó que podía abrir esa vía: la del constitucionalismo.

Desde el minuto uno, se alió con el populismo comunista de Iglesias y con los separatistas de Esquerra Republicana de Cataluña. Y en eso está. Ahora ya el siguiente paso es hablar con los presidentes autonómicos. Esa coartada que se inventa para incluir en el lote a Torra. Para que no digan ‘Hombre, al final ha hablado usted con el Le Pen español, ¿no? Con El señor Torra’. Bueno, pues ahora ya tenemos a los presidentes autonómicos en danza.

Yo espero que, por lo menos, la entrevista con el señor Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, sirva para que éste le diga y le suelte cuatro frescas en la cara. Y le diga ‘Hombre, ¿cómo usted me interviene las cuentas de la autonomía andaluza por culpa de la que es su ministra de Hacienda, que fue consejera y dejó las cuentas como las dejó? O sea, ¿yo voy a pagar los platos rotos por su señora ministra de Hacienda, María Jesús Montero?’.

Esas son las bromas a las que nos está acostumbrando el Partido Socialista. Y, desgraciadamente, eso es lo peor que puede pasar para la gobernabilidad, sin duda alguna. Lo de Andalucía es el estrambote llevado ya hasta las últimas consecuencias: no dejarle que pueda financiarse en el mercado para sacar sus cuentas adelante, le dice que puede acogerse al FLA (al Fondo de Liquidez Autonómica)… Pero tiene que hacer ajustes, porque no ha cumplido con el déficit.

Y resulta que no ha cumplido con el déficit porque el marrón que le dejó el gobierno de Susana Díaz y la señora Montero, hoy ministra de Hacienda, le ha resultado imposible al gobierno del PP y de CiudadanosEstán pagando los platos rotos por la señora Díaz y por la señora Montero, hoy ministra de Hacienda. Que es la que le envía la carta para decirle ‘Está usted intervenido’. Así son y así se las gastan.

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