El Tiempo, 23 de marzo: hasta 11 autonomías en alerta amarilla por lluvias, tormentas, viento y oleaje

Hasta el final de esta semana se esperan jornadas muy revueltas que llegan además con frío en la mitad sur de la península. En Extremadura o Castilla-La Mancha registrarán entre 11ºC y 14ºC. Sin embargo, a orillas del Cantábrico y puntos del Guadalquivir, todavía oscilarán unos suaves 18ºC.

Este miércoles una borrasca se situará en el extremo suroeste peninsular, mientras persiste el viento húmedo del este en el área mediterránea. Estos dos escenarios producirán nubosidad abundante en toda la Península y Baleares y reactivarán las precipitaciones en casi todo el territorio. Serán en forma de nieve en la sierra de Gredos o en la Ibérica sur, donde se pueden acumular hasta 15 centímetros en 24 horas; y en forma de lluvias en la Comunidad Valenciana, Murcia, Almería, Málaga y oeste de Andalucía.

En algunos municipios, como Eslida (Castellón) o Chera (Valencia), se ha llegado recoger en un día entre 210 y 375 litros por metro cuadrado. Esto es lo que normalmente cae de media en un año. Por este motivo, la Agencia Estatal de Meteorología mantiene activados los avisos amarillos. Asimismo, preocupan los acumulados que dejen esas lluvias en otras zonas de España como Málaga, donde pueden caer hasta 80 litros por metro cuadrado en 12 horas.

El jueves el panorama será muy parecido, con viento intenso, temporal marítimo y lluvias que serán localmente fuertes y persistentes en el extremo sur de Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía mediterránea. De cara al viernes, con algo de incertidumbre, continuará una situación inestable en esos mismos puntos, pero se vislumbran cielos despejados por el oeste peninsular.

En definitiva, son jornadas para no despegarse del paraguas. Sin embargo, estas lluvias están ayudando a que los embalses se vayan recuperando. Este martes, día mundial del agua, destacamos que la reserva hídrica ha aumentado un 0’82% respecto a la semana pasada, quedando al 45% de su capacidad total. Son buenas noticias, pero sigue siendo una cifra alarmante si tenemos en cuenta que el año pasado, por esta misma fecha, el porcentaje de agua embalsada superaba el 60%.