Jesús Murgui: "Asimilar bien el Concilio Vaticano II implica tener bases muy firmes de fe católica"

El obispo emérito de Orihuela-Alicante ha estado en 'Eméritos' de TRECE para repasar su ministerio: los jóvenes o su visión sobre los papas, entre los asuntos abordados

Redacción Religión

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El obispo emérito de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, ha defendido que el Concilio Vaticano II constituyó “un regalo” para que la Iglesia se mantuviera “conectada a los signos de los tiempos siendo sensibles a la gente, pero iendo firmes en la fe”.

En una entrevista en 'Eméritos' de TRECE, Murgui reconoce que los sesenta, que coincide con su ordenación sacerdotal y la revolución del 68, fueron tiempos difíciles que se agudizaron en en el posconcilio. En este sentido, ha afirmado que en España aún queda mucho margen para aplicar y asumir aquel Concilio: “Asimilar bien el Vaticano II implica tener bases muy claras y firmes de fe católica, una formación, una capacidad de recibir y tener un talante de que la Iglesia es algo vivo, que camina, que la conduce el Espíritu y no hay miedo a nada porque el espíritu nos lleva”, ha indicado.

La importancia de estar cerca de los jóvenes: "No todo puede acabar en la Primera Comunión"

Para el que fuera obispo auxiliar de Valencia y titular de Orihuela-Alicante y Mallorca, es necesario para el futuro eclesial atraer a los jóvenes. Un aspecto que ha tratado siempre de trabajar como párroco y prelado, por ejemplo a través del Movimiento Junior de Acción Católica que tuvo influencia en décadas pasadas, y de la que Murgui fue consiliario diocesano en Valencia.

“Fueron años que marcaron mucho, sobre todo a dos niveles, primero porque fue mi primera responsabilidad a nivel diocesana y descubrí lo que es trabajar a escala diocesana, crear comunión en la diversidad y, por otro lado, de que a la Iglesia le resulta muy importante el que todo no acabe en la catequesis ni en la Primera Comunión”.

Sobre este último aspecto, Murgui recalca en 'Eméritos' que le parece un drama que “chicos y chicas de familias que se consideran cristianas dan la Primera Comunión y adiós muy buenas, y hasta que no se formen en el matrimonio no tienen más contacto. El facilitar las parroquias la comunidad acompañe en una etapa haciendo itinerarios educativos en la fe”.

A juicio del obispo emérito, es necesario trabajar de manera conjunta entre “la juventud y las familias”. “Me gusta darle vida diocesana a los colegios y eso sin la familias es impensable. Aquel célebre documento de la Conferencia Episcopal Española 'Familia, colegio, parroquia' es un triángulo fundamental”, ha precisado.

Asimismo, el obispo emérito de Orihuela-Alicante ha animado a la Iglesia a explorar otros ámbitos, como la pastoral de turismo, que en lugares como Mallorca o Valencia podrían tener una gran acogida: “Es una oportunidad. Aquí en Orihuela hemos tenido poblaciones con iniciativas y una vitalidad hacia el turismo interesante. Estoy pensando en Benidorm, por ejemplo. Es un campo que tenemos que trabajar”, ha apuntado.

La oponión de Jesús Murgui sobre los papas que ha conocido

Al final de la entrevista, Jesús Murgui ha hecho un repaso de los papas con los que ha coincido a lo largo de su vida. De Juan XXIII, el prelado recuerda bien “su bondad y sencillez”, y reconoce que su figura “nos regaló el Vaticano II”. Sobre Pablo VI destaca “su finura intelectual, teológica y que fue un mártir fiel en una época difícil de la Iglesia, el posconcilio”.

De Juan Pablo I, cuyo pontificado tan solo duró un mes, Murgui mantiene en su retina lo que le decía su sobrino pequeño: “Se ha muerto el Papa con lo contento que estaba. Quedó ahí. Es una esperanza que terminó muy pronto”.

De Juan Pablo II, al obispo emérito le queda su fuerza del testimonio: “Se le notaba que venía de un país mártir con mayúsculas porque lo de Polonia... con esa fuerza se puso a viajar, a predicar, a transmitir con una firmeza oportuna el mensaje de la fe”.

Ya sobre Benedicto XVI, Murgui le define como un santo padre “por su inteligencia y también por su finura de fe, hondura, un santo padre del siglo XXI”. Por último, del Papa Francisco se queda con una palabra “salida”, “porque creo que su pontificado se caracteriza por querer salir al encuentro de esta humanidad que es como es, que vive la crisis que vive, y él ha querido hacerle llegar la alegría del Evangelio en salida”, ha asegurado.