Vuelve a ver la primera entrega del especial 'JMJ: 10 años después' de TRECE
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La XXVI Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Madrid entre el 16 y el 21 de agosto de 2011, cumple diez años. Bajo el lema 'Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe', más de 1'5 millones de personas de todos los lugares del planeta se congregaron en la capital de España para mostrar su amor a Cristo y a Benedicto XVI.
Fue la última JMJ que se celebró en el Pontificado del Papa alemán, quien renunció dos años después. Cuando se cumple una década de aquellas vivencias que marcó a tantas personas, el Papa Emérito aún recuerda con quienes le visitan aquella experiencia, como ha revelado el arzobispo Emérito de Madrid, el cardenal Antonio María Rouco Varela.
“Fue una semana de fiesta en el sentido más hondo y profundo de la expresión, con una nueva juventud por la alegría, la limpieza, el sentido de solidaridad, por la hondura de la concepción de la vida, la fuerte influencia que ejercía la dimensión de la razón y llenaba de alegría la ciudad. Benedicto XVI se marchó gozoso de Madrid. El recuerdo de la JMJ se hace presente. El eco de aquellos días le sigue provocando en su rostro una sonrisa”, explica.
Para Madrid supuso un verdadero boom la JMJ tras tres años de intenso trabajo, después de que el propio Pontífice anunciara en el anterior encuentro de jóvenes, celebrada en Sydney en 2008, que la siguiente edición tendría lugar en Madrid. Un total de 30.000 voluntarios, 841 obispos, 14.000 sacerdotes y 5.000 periodistas asistieron al que quizás haya sido el mayor evento organizado en nuestras fronteras.
“Sin duda fue el mayor evento de la historia de España, porque ninguno ha reunido a un millón y medio de personas durante tres o cuatro días. Era organizar cuatro veces unas Olimpiadas, con cuatro veces recursos menos”, reflexiona la directora ejecutiva de la JMJ, Paula Rodríguez.
Afirmaciones que ha secundado la encargada del proyecto 'Con causas', Eva Latonda, quien ha añadido que “la idea era hacer unos JJOO del amor, de la fe, del cariño, de la solidaridad, de la entrega de tanta gente que veía a lo mejor sin creer, pero sentían la llamada”, recuerda emocionada.
Fueron cientos los mensajes que dejó Benedicto XVI durante el encuentro con los jóvenes en Madrid, procedente de un total de 193 países. A todos ellos, les pedía que edificaran sus vidas sobre el cimiento firme de Cristo: “Vuestra alegría se contagiará a los demás. Se preguntarán por el secreto de vuestra vida. Que nada ni nadie os quite la paz”.
Para el cardenal Rouco Varela, uno de los momentos más emocionantes de la JMJ de 2011 fue Jesús Eucarístico, ya que fue “estremecedor y pasará a la historia de las JMJ como de los momentos más bellos y aleccionadores de lo que debe ser Cristo para los jóvenes”. Para el arzobispo Emérito de Madrid es imposible olvidar aquel Cuatro Vientos donde no se escuchaba ni un susurro de voz durante la Vigilia, todos siguiendo la homilía del Sucesor de Pedro.
Como un mes de agosto normal, las altas temperaturas hicieron su presencia en Madrid en aquellos días, pero intercalada también con momentos de lluvia y tormenta. En una de las misas, los colaboradores del Papa pedían al Santo Padre que se resguardara, pero él se negó, como evoca el obispo de Segovia, Mons. César Franco: “Benedicto XVI decía que si los jóvenes se quedaban, él también”.
De ahí la célebre frase del Pontífice: “Vuestra fuerza es mayor que la lluvia”. Pero como decimos, la tónica general era el calor, lo que dio para múltiples anécdotas, como recuerda Mons. Franco, uno de los organizadores de la JMJ de Madrid.
“En la plaza de Cibeles, durante el Vía Crucis, pusimos un microclima para que el aire fuese fresquito, pero se paraba cada tres minutos. El Papa nos decía... 'esto tan fresquito, no podría esta siempre así?' Y entonces quitamos el tiempo de parón y estaba feliz con el microclima”, explicaba el actual titular de la diócesis segoviana.
Otro de los momentos más emotivos de aquellos días fue el encuentro del Santo Padre con los más pequeños, y que había organizado Paula Rodríguez: “Hacía tanto calor en Madrid que queríamos retrasar la llegada del Papa. La noche antes se nos ocurrió que los niños estuvieran con Benedicto XVI en la Nunciatura. A mi me marcó, porque vi a un Papa con ternura. Fue un encuentro muy íntimo, en el que bendecía a cada uno de los niños, les tocaba, estaba muy a gusto con ellos. Un encuentro precioso”.
Uno de los grandes éxitos de la JMJ fue la unión que hubo entre las administraciones, que se volcaron en el evento, algo que normalmente no ocurre en España. Por supuesto, los beneficios económicos que reportaron la visita del Papa fue muy superior a los costes de la organización. Tal y como recuerda el Vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, “el principal reto era organizar económicamente la jornada elaborando unos presupuestos, atender las necesidades...”
“Los beneficios de la JMJ fueron excepcionales. Se vio a una juventud sana. Era la primera vez que en una JMJ se sustituían los camiones de catering donde se guardaban largas colas para conseguir una bandeja de comida por la posibilidad de que la gente fuera a alguno de los 2.000 establecimientos con el que suscribimos un convenio para que todos pudieran comer”.
Para conocer con exactitud el impacto económico que tuvo la JMJ en la sociedad, se encargó una auditoría a la prestigiosa PwC, y cómo redundaría en materia de recaudación fiscal, porque miles de extranjeros que vinieron aportaron dinero a las arcas, ya que consumieron: “La contribución de la JMJ fue superior al coste que pudo tener”, subraya Barriocanal.