El testimonio de dos ex miembros de bandas criminales, en TRECE: “Fue un verdadero infierno”

'La Azotea' de TRECE, con Antonio Hueso y María Ruiz, ha dedicado un programa especial a conocer en profundidad el auge de las bandas latinas en España

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

"La azotea de medianoche" ha abierto sus puertas en TRECE. El 'late night' conducido por María Ruiz y Antonio Hueso ha tenido, este lunes, un programa especial: Bandas latinas, ¿un peligro real? Cuatro jóvenes, de entre 15 y 25 años, han muerto en Madrid este año en reyertas de este tipo. En este programa conocemos cómo funcionan, quiénes son y cómo un menor de edad entra en este tipo de organizaciones y cómo se sale de ellas. Para ello hemos contado con el testimonio de dos personas que han formado parte de estas bandas latinas. Kevin y Javier (nombres ficticios) comenzaban la entrevista relatando lo que sintieron al salir de la banda: “Yo pensé que iba a terminar muerto o en prisión porque fue un verdadero infierno, está dentro de la banda”.

En la mesa de debate nos acompañan Ana Villarubias, psicóloga, y Serafín Giraldo, inspector de Policía y portavoz de H50. Serafín comenzaba aclarando el origen de estas bandas en España: “Se empezaron a implantar en el año 2000 y son unos burdos imitadores de las bandas latinas que controlan un territorio. Aquí en España son gente joven, muy violenta, pero sin la capacidad que tienen las verdaderas bandas latinas”. Ana destacaba que estas bandas van creciendo y “causan un verdadero drama en las familias. Hablamos de niños cada vez más jóvenes que son captados en su lugar de referencia y la banda pasa a ser un hilo conductor de la vida. El drama viene del desarraigo, hablamos de familias estructuradas, pero que encuentran cobijos en estas bandas que les protegen, peo previamente les han acosado”.

Katia Núñez se infiltró en una banda violenta para conocer cómo funciona y nos cuenta cómo lo hizo: “Estaba haciendo una investigación para el trabajo de fin de grado. Me facilitaba las cosas ser de origen dominicano. No solo recaudaba información, sino que también los acompañaba a hacer gestiones. Yo fui siempre muy honesta y nunca les mentí. Dejé muy claro que eran libres para contarme lo que quisieran. Me encontré con jóvenes emigrantes, con situaciones en casa complicadas, excluidos por su entorno…”. El nexo común es sentirse solo, pero Ana Villarubias apuntaba que es complicado no encontrar a un adolescente que no se sienta solo en algún momento.

Dale al PLAY para escuchar el análisis completo.

El testimonio de dos miembros de bandas latinas

Kevin y Javier (nombres ficticios), con la imagen tapada y la voz distorsionada, relatan cómo entraron en estas bandas: “Ingreso con 13 años al Latin King y a los 15 ya estaba fichado por la policía. Tenía intentos de homicidio, robos con violencia… siempre iba armado con machetes y drogas. La banda me la presenta un amigo que me lo pinta bonito porque me ofrecían entrada gratis a la discoteca de los bajos de Orense”, apunta Kevin. El caso de Javier fue diferente. “Lo que la banda me ofrecía es el poder de ser respetado y admirado, que es lo que me atraía. Mientras más apuñalabas te admiraban más. Había muchas drogas, sexo, fiestas… primero me sacaron del colegio, fumé el primer “canuto”, y poco a proco fui haciendo pruebas como robar a la gente que sacaba el dinero del cajero y poco a poco fui adentrándome más. A los 14 años me apuñalaron en el cuello en Usera. Estuve mucho en el hospital y ahí me fui desencantando porque al principio ellos me decían que estarían a mi lado, pero cuando más lo necesitaba no había nadie”.

¿Cómo lo vivieron vuestras familias?: “Mi madre fue la que más sufrió porque nadie me visitaba en los hospitales, ni en los calabozos. Los calabozos de los menores eran mi segunda casa. Mi madre derramó muchas lágrimas, siempre me dice que no tiene más lágrimas para derramar. Mi madre me decía que deseó verme muerto antes de verme haciendo daño a otras personas. Los trabajadores sociales venían a casa y me intentaban sacar de todo esto, me llevaban a Alcohólicos Anónimos. Si un chaval está pasando por esto necesita buscar ayuda en tu familia y profesionales porque es un círculo vicioso”, aconseja Javier. Por su parte, Kevin apunta que “mi madre se entera cuando la policía le llama a mi madre porque portaba un machete. Fue muy duro para ella porque vine de mi país de origen con el objetivo de estudiar. En el colegio sufría bullying, estaba acomplejado y me sentía solo. Alí me sentía protegido”.

“Vivía con un miedo constante porque no sabía si me iba a matar mi banda o la rival. Había ido ascendiendo en la banda y no salía de casa. Me refugio en un centro de ayuda cristiano. Me perseguían y estuve en dos ocasiones muy cerca de la muerte”, relata Kevin su salida de la banda. Kevin echa la vista atrás y agradece haber encontrado una salida: “Gracias a Dios, a los 17 años logré salir de ese infierno, de las bandas latinas. Si no hubiera salido tenía claro que era comprarme un arma y matar a aquel que me había apuñalado en el cuello porque eso es así. Hoy me apuñalas a mí y mañana a mi familia, no hay fin”.

Dale al PLAY para ver la entrevista completa.