Así viven los misioneros en Pangasinán, el "lugar donde no hay sal"

El programa de Trece 'Misioneros por el mundo' viaja a Filipinas, a conocer la labor de los misioneros

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El programa de TRECE 'Misioneros por el Mundo' viaja a Filipinas, concretamente a la localidad de Pangasinán, que significa "Lugar donde hay sal". Es la tercera región más grande de Filipinas y sus habitantes hablan tagalo, inglés y lenguas locales. La labor asistencial y pastoral de los Misioneros en esta zona de América latina es primordial.

La primera protagonista es Ana Palma, misionera de los Servidores del Evangelio. Ella relata que "estamos empezando la comunidad ahora". Ana recuerda como se hizo monja: "En un momento de retiro, me enamoré sentí que Jesús que amaba más que nadie en el mundo y quería corresponder a ese amor con mi vida". 

La hermana Ana Palma nos muestra uno de los lugares de su misión, el instituto. Uno de los problemas que asola a la juventud es la droga que provoca muchas muertes. Sor Ángeles es la segunda protagonista. Pertenece a las Siervas de María y nos muestra cómo trabajan en su clínica. "Esta clínica es gratuita y da respuesta a la gente que tiene problemas".  Junto a la hermana, visitamos a los enfermos a los que su congregación atiende. Todos ellos en las periferias, en los barrios más pobres. "Visitamos las casas y enfermos como Josua está integrado en el programa de leche, cada semana, recibe una bolsa de leche".

"Sólo porque con nosotros puedan experimentar lo es la misericordia, soy feliz".  Julio Cuesta es Orionista, y lleva 14 años en Filipinas: "Estamos distribuyendo arroz a las familias más pobres arroz. Tenemos comedores por toda la ciudad. El menú está pensado para niños con problemas de desnutrición". En Payatas, la mayoría de las familias vive de reciclar basura. "Viven y duermen rodeados de basura, imagínate los días que llueve. Cualquier rincón, cualquier lata es la entrada de la casa de una familia".

Julio nos muestra el cotolengo de su Orden que atiende a niños de familias sin recursos que son abandonados. Son niños con enfermedades. Uno de esos niños es Prince, Príncipe, está muy enfermo, no habla, sólo sonríe. "La sonrisa de Príncipe es la sonrisa de Dios. El cotolengo debería ser un mensaje para el mundo:  La dignidad de las personas no depende de su riqueza, somos dignos porque todos somos hijos de Dios".

Los reporteros del programa de TRECE, Misioneros por el mundo, se trasladan a nuevos destinos para contarnos el relato de aquellos hombres y mujeres que siguieron el camino de Jesús y predican en las periferias del mundo. Todos los lunes a partir de las 00.30, podrás conocer las historias de tantos misioneros que sirven a Dios y a los que más lo necesitan en todas las partes del mundo.

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