Sacerdote burkinés en 'Perseguidos pero no olvidados': "Si hay vida, hay esperanza"

Los cristianos viven cada día en un clima de inseguridad por la violencia de los grupos extremistas islamistas

Redacción TRECE

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Tras el asesinato del padre Rodrigue Sanon hace solo una semana, los cristianos han vivido este suceso con tristeza, porque fue una sorpresa en la zona donde ocurrió. Pero la comunidad cristiana reza por su alma, por la conversión de los terroristas y el descanso de las víctimas. Los sacerdotes continúan su labor pastoral entre medidas de seguridad, incluso en ocasiones la policía los acompaña cuando deben ir a sitios más peligrosos. Los cristianos viven cada día en un clima de inseguridad por la violencia de los grupos extremistas islamistas, pero ellos viven esta situación con esperanza y rezando y confiando su destino al Señor. "Si hay vida hay esperanza".

En los colegios las chicas católicas deben cubrir su rostro y cabeza como lo hacen las musulmanas para no ser discriminadas y atacadas. Incluso al regreso a sus pueblos cuando recorren hasta 5 km, también deben vestirse como musulmanas para evitar ser blanco de la violencia anticristiana. En los pueblos los feligreses deben rezar en las casas y en grupos pequeños para o sufrir actos de violencia cuando van a las capillas. Muchos familiares y amigos de los sacerdotes tiene miedo por ellos, porque son blanco de los terroristas durante su vida. Antes de ir a visitar a los feligreses se confiesan y se encomien dan a Dios para ir sin miedo, " es como si estuvieran preparando el viaje eterno", dice.

Desde Burkina Faso, el padre Belem dice que es posible acabar con la violencia, mediante la unidad de los pueblos y la fe. Refiriéndose a la pandemia del COViD-19 comenta que los casos allí aumentan, para muchos es difícil llevar la mascarilla cuando se trasladas debido al polvo y el viento. También aumentan los desempleados porque ya no pueden ir a Costa de Marfil debido al cierre de la frontera por el coronavirus. Por último se preguntan por qué los médicos africanos no pueden estudiar y preparar alguna vacuna que se adapte y sea accesible para los africanos.