La impagable labor de la Iglesia con menores sin recursos: "Sin ellos no tendríamos para comer"

Esta edición de 'Solidarios por un bien común' se centra en el trabajo que desempeña la Iglesia con los niños y jóvenes en riesgo de exclusión social

Redacción TRECE

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TRECE ha emitido este viernes una nueva entrega de 'Solidarios por un bien común'. Esta semana ha estado dedicada a la labor que desempeña la Iglesia con familias y menores de pocos recursos para mostrarles su compromiso de transformar las desigualdades y convertirlas en oportunidades.

En general, la infancia en España es feliz, pero hay niños que crecen con privaciones, lo que dispara su probabilidad de ser adultos pobres, ya que es una lacra que pasa de generación en generación. La Iglesia, a través de sus 421 centros para niños y jóvenes, están comprometidos con la infancia, atendiendo a un total de 64 mil niños a lo largo y ancho del territorio nacional.

El Hogar de Nazaret es uno de estos centros. Se encuentra en Sevilla. Atiende a niños y jóvenes en situación de riesgo ofreciéndole un hogar, lo más parecido a una familia. Un total de trece niños son atendidos, ya que sus familias tienen necesidades. La más pequeña apenas tiene siete meses.

Las hermanas Sandra y Carmen trabajan en el Hogar de Nazaret. “Yo le doy gracias a Dios todos los días, porque estoy cansada pero contenta por ayudar”, comenta esta última. Sandra por su parte explica que el principal trabajo es “ayudar a la madre con apoyo y que no se sienta sola. Ayudando a la madre se ayuda al niño”.

Entre los niños que viven en el centro han formado una gran familia. Las hijas de Teresa viven en el Hogar de Nazaret. Ella se quedó sin trabajo, no pudiendo mantener a sus retoños: “Trabajaba en el campo, en Granada, pero tuve que dejar de trabajar para cuidar a las niñas, y no teníamos para comer. En Granada me comentaron que en este centro nos podían cuidar. Agradezco que en España no nos dejen morir de hambre. Me ha cambiado la vida, estoy más tranquila y feliz de que ellas tengan un techo. Mientras ella está aquí yo puedo trabajar de interna en una casa y puedo venir a verlas”.

El Hogar de Nazaret también trabaja en el 'Proyecto Belén', que ayuda a las mujeres embarazadas que fueron echadas de sus hogares por su estado encinta. La madre de Rocío, Raquel, es una de las beneficiarias del programa. Tienen un pequeño apartamento en el hogar para que las madres puedan estar con sus hijos: “Pretendí abortar, hice los trámites, pero fue una tortura mental. El médico me dio como fecha el 24 de diciembre, pero no pude. Pienso que fue Dios quien hizo posible que estas hermanas me ayudaran en Hogar de Nazaret”.

“Los padres en estos casos se lavan las manos y las madres se quedan en la calle, y las acogemos aquí. Logramos así que no aborten”, comenta la Herman Sandra. “La Iglesia está donde hay necesidades, aunque a veces no salga reflejado en los medios”, sostiene Carmen.

Ocho de cada diez familias monoparentales están encabezadas por mujeres como Loli que tras el nacimiento con Síndrome de Down de su hijo Jesús, vio como su pareja se marchaba porque no era capaz de asumirlo. A todas estas mujeres y a sus hijos, la Hermana Carmen brinda su “amor incondicional”. “De pequeña quería una mesa con muchos niños, y Dios me lo ha concedido”, afirma.

Manuel Jiménez es sacerdote del Hogar de Nazaret que encabeza un proyecto de apoyo familiar en Puente Genil (Córdoba). “Acompañamos a los menores y brindamos a los padres la ayuda que necesitan”. Los vecinos del Barrio Poeta Juan Rejano viven en una autentica situación de precariedad, “algunos se ganan la vida con la chatarra”, cuenta una de las vecinas, mientras que otras se quejan de la falta de higiene en la zona.

El Padre Manuel asegura que a todos los niños del barrio intenta trasmitirles “los valores del respeto, el trabajo, el amor, la humildad, porque es la forma de salir de la pobreza”. El Padre Damián que colabora con las actividades para menores señala que “intentamos inculcarles la importancia del esfuerzo, porque muchos de ellos no van a poder tener el apoyo de sus padres para salir adelante”. Y cuando eso se produce, explica Manuel “lo más bonito es ver como van superando las dificultades, es el mayor gozo de esta vida con ellos”.