'Solidarios por un bien común' muestra el trabajo de la Iglesia con el pueblo gitano
El programa de TRECE, 'Solidarios por un bien común', ha viajado hasta Pamplona para conocer el trabajo de la Pastoral Gitana
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El programa de TRECE 'Solidarios por un bien común' que se emite cada viernes ha abordado el trabajo que desempeña la Iglesia con el pueblo gitano. Este pueblo es una minoría social muy importante en España. En muchas ocasiones sufren el desprecio, el rechazo y la marginalidad, pero la cultura gitana promueve muchos valores muy importantes en nuestra sociedad como el respeto a la familia y a las personas mayores.
Hoy, en Solidario por un bien común, hemos conocido como la Iglesia trabaja por la integración de los gitanos en la sociedad, y los retos y los problemas a los que se enfrentan. Estamos acostumbrados a relacionar los gitanos con las chabolas, las drogas, la venta ambulante o la chatarra, pero hoy, Solidarios por un Bien Común, ha viajado hasta Pamplona para conocer la otra cara del pueblo gitano. Nuestra guia para hoy ha sido Ana, religiosa Teresiana de la parroquia Nuestra Señora del Pilar de Pamplona, a la que el Arzobispo llama cariñosamente “la monja gitana”. Junto con el párroco Lauren, franciscano, llevan a cabo la misión de esta comunidad parroquial, una misión “ardua y difícil”.
La Pastoral Gitana en Pamplona
La religiosa explica que el deseo de la Iglesia en la Pastoral Gitana es demostrar que “estamos con ellos” y por ello su objetivo en Pamplona es “gitanizar la Iglesia”, una propuesta que cuenta con el apoyo de la Archidiócesis. Ana recalca que el pueblo gitano tiene mucho que aportar: valores como el respeto a los mayores y el amor a la familia que en el pueblo payo se están perdiendo.
Por ello, mujeres como Pachus piden a la sociedad que “nos conozca para que puedan enriquecerse con nuestra cultura como nosotros lo hacemos con la suya”. Los gitanos quieren dejar atrás los prejuicios: “Entro en una tienda y me persiguen”, dice Rosa María, una de las mujeres que acude al taller de manualidades de la Pastoral, y añade “¿cómo le explicas a una niña de cuatro años lo que es ser gitana cuando a veces usan ese nombre con desprecio en la televisión?”.
Muchas veces la sociedad “no las ha valorado”, nos explica Ana, “el día a día de la calle y el ser gitana no las hacen valorar, cuando van a pedir trabajo y dicen que son gitanas no las cogen”. “Desde este taller ocupacional de la parroquia se les ayuda no solamente a hacer manualidades, sino que entiendan que están al mismo nivel de toda la sociedad” añade la religiosa. En ese sentido, Ana explica que la Iglesia tiene que hacer realidad las palabras del Papa Pablo VI cuando afirmó que “los gitanos están en el centro de la Iglesia”. La religiosa señala que “tienen una forma de celebrar y de vivir la fe desde dentro que necesitan exteriorizar con canto y con danza”.
Música y bailes
En este viaje a Pamplona hemos podido conocer también a una pareja gitana, Julia y Chatón, que viven, desde muchos años, en este barrio de Pamplona humilde y trabajador, pero con un problema muy grande, el del paro. Hay un porcentaje muy grande de gitanos, pero hay más de 68 nacionalidades en el barrio. Julia y Chatón fue la primera familia que Ana conoció en Pamplona, después de sus aventuras por el mundo como misionera. Una de las primeras cosas que le dijeron fue que “me iba a ocupar de la pastoral gitana, y la verdad para mi era un mundo desconocido”.
Algo que no puede falta en las reuniones de la Pastoral Gitana es el baile y la música cristiana flamenca, y que celebra Javier, quien explica que además de esos últimos elementos, en sus reuniones se emplean también palabras del lenguaje caló y signos y elementos propios de la cultura gitana. “Hay muchos gitanos que van presidiendo cofradías, hermandades, liderando grupos de pastoral o que son referentes en sus parroquias” nos dice Javier.
Otro matrimonio que hemos conocido es el de Agustín y Belén que se dedican a la Pastoral Gitana, él es diacono y ella hace un trabajo muy importante dentro de la Pastoral. Para Agustín fue una vocación, “uno siente una especie de llamada por el diaconato permanente”. Y obviamente su esposa es parte importante del servicio que hacen. “Nuestra tarea principal es la liturgia, la palabra y atender la caridad que no es solamente estar en un despacho de Caritas sino la atención y la acogida en comunidades” nos explica Belén. "Se ha hablado de integración, pero con los gitanos que tienen que renunciar a lo que somos y que nos integremos a un modelo mayoritario, yo creo que sería mejor una inclusión, con todas nuestras características” concluye Agustín.