"Ya no es solo que se aferre al cargo, está dispuesto a llevarse por delante lo que haga falta"

José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', destaca cómo la actitud del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tras ser imputado por el Supremo, continúa denigrando la institución

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Pues no es ya solo que se quede, que se aferre al cargo cuando el Tribunal Supremo, además por unanimidad, ha pedido investigarle por un delito. Ya no es solo eso, que también, es la sensación de que está dispuesto a llevarse lo que haga falta por delante y hacerlo solo por sí mismo.

Que el fiscal general del Estado ni siquiera contemple esa decisión del Tribunal Supremo, que considera que ha podido cometer un delito de revelación de secretos, eso ya de entrada supone denigrar o al menos intentarlo desde su posición institucional al más alto tribunal. Como si el más alto tribunal, en el fondo lo que está diciendo, como si acusara y acusara de un delito grave y de que lo hiciera sin pruebas. “El fiscal general del Estado no se dedica a filtrar correos por la noche”, decía ayer García Ortiz en una entrevista en Televisión Española. Lo decía además con ese aire de quien entiende, de quien ha aprehendido y asumido que hay que creerle, aunque solo sea porque él lo vale.

Pero que ya esta misma tarde, el mismo García Ortiz desoiga también la petición muy mayoritaria de sus propios compañeros, de los que han llegado a su puesto por su carrera y no por su dedo, el del fiscal general, supone denigrar una institución, la propia Fiscalía, que como nos explicaba anoche aquí en el programa, uno de esos profesionales, el fiscal Viada, quiere utilizar solo por un interés personal muy claro, para tener ventaja en su defensa ante ese juicio que sin duda va a tener que afrontar por ese delito posible de revelación de secretos.

Pero que además el todavía fiscal general del Estado, otro organismo público como es la Televisión Española, la Televisión Pública, para amenazar con eso de que tiene mucha información de quienes se oponen al gobierno, pero como perdonando la vida porque dice que no la utiliza, eso es sencillamente tirar de apariencia al menos de impunidad y de presumir de ella.

Claro que el fiscal general del Estado siempre podrá pensar en su fuero interno que por qué va a dimitir él, siendo solo uno más de los muchos señalados por los jueces y por los investigadores de la Guardia Civil en el entorno del presidente del Gobierno, porque esa es la realidad en la que vivimos.