"¿Dónde estaban aquellos a los que ahora tanto les alarma lo que está diciendo Trump?"
José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', recuerda cuáles han sido las políticas y leyes aprobadas durante el gobierno de Joe Biden sobre deportación y cierre de fronteras
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Donald Trump vuelve a ser ya el presidente de los Estados Unidos. En el caso de Trump, la verdad es que lo ha sido también su toma de posesión, porque todo es hiperbólico. Lo son, por supuesto, muchas de sus bravuconadas, llevadas por una incontinencia verbal, que al menos en su primera estancia en la Casa Blanca, no se convirtieron esas bravuconadas en una realidad legislativa.
Pero en realidad no solo son hiperbólicas muchas de las palabras y de las promesas del de nuevo presidente Trump, en muchas ocasiones también lo son algunas de las reacciones en contra que suscita. Del mismo modo que Trump ha mentido en algunas ocasiones, de manera verificable, con algunas de sus promesas, tampoco son del todo ciertas algunas acusaciones que se hacen contra él. Quizá el caso de la inmigración, en el que Trump, en esta nueva legislatura, tiene especial interés en mantener un discurso, al menos un discurso muy duro, pues es posiblemente uno de los ejemplos más señalados. ¿Señalados por qué? Porque lo que ha anunciado Trump, en el fondo, lo vamos a ver con algunos datos, no difiere demasiado de lo que ha hecho hasta ahora el presidente saliente, el presidente Biden.
Ahora algunos se llevan muy aparatosamente las manos a la cabeza cuando Trump anuncia medidas en las fronteras del país. Lo ha hecho en esa inauguración. Pero, en cambio, no decían nada cuando el presidente saliente, Biden, cerraba en la práctica esas mismas fronteras con mayor saña de lo que hizo Trump en su primer paso por la Casa Blanca. Del mismo modo, algunos se alarman, y no sin falta de razón, por esta promesa de hoy mismo de Donald Trump, donde afirma que “deportará a los extranjeros delincuentes”. Suena duro, y seguramente lo es, pero tampoco difiere mucho de la ley que ya se está tramitando en Estados Unidos y con el apoyo de buena parte del Partido Demócrata. Una ley que se está tramitando con el apoyo demócrata que permitiría, ¿saben qué?, expulsar a todos los extranjeros que cometan un delito, incluso antes de que haya sentencia. Mientras se tramitaba esa ley, ¿dónde estaban aquellos a los que ahora tanto les alarma lo que está diciendo Trump? Algo muy parecido, por cierto, a lo que ya estaba haciendo Biden.
Entre las bravuconadas de Trump hay una más. Alardear de que puede hacer y deshacer sin contrapesos, sin controles, en todos los órdenes, incluso más allá de la política. Nada que nos debiera sorprender en España. Y si no, que se lo pregunten a Álvarez-Pallete, el ya expresidente de Telefónica. Hoy, por cierto, el presidente Sánchez ha recuperado un término que en realidad trajo a España el primer Pablo Iglesias, el término de la “casta”. Cuando Pablo Iglesias trajo lo de la casta, incluía entre la casta, a Pedro Sánchez y a su partido. Y entonces a él, a Pedro Sánchez, le molestaba muchísimo. Pero hoy, les decía Sánchez, ha recuperado el término para dirigirse a otras personas: “Estamos viendo como, por ejemplo, la “tecnocasta”, si me permiten que utilice esa expresión de Silicon Valley, pues está tratando de usar su poder omnímodo sobre las redes sociales para controlar el debate público y, por tanto, la acción gubernamental, nada más y nada menos que de todo Occidente”. Claro, si algunos de esos empresarios a los que hoy se refiere Sánchez como cibercasta, si ellos son cibercasta, la pregunta es, ¿cómo tenemos entonces que llamar a un presidente que desde el poder quita y pone presidentes de las empresas a su gusto? En algunos casos, como con Correos incluso, a costa de comprometer su futuro. ¿No es casta?